Una mujer de 38 años ha muerto este miércoles en la localidad alemana de Kronshagen (norte del país) después de que su marido, del que vivía separada, la rociara en plena calle con un líquido inflamable y le prendiera fuego, según ha informado la Policía.

La agresión sucedió frente a un hospital de la localidad ante varios testigos, tanto viandantes como trabajadores del centro sanitario, que alertaron a las fuerzas de seguridad e intentaron apagar las llamas.

El hombre, de 41 años, fue detenido poco después, mientras que la mujer era trasladada en estado crítico a un hospital de la cercana ciudad de Kiel, donde moría horas después.

El agresor es un hombre africano, como la víctima, pero afincado desde hace más de 20 años en Alemania. Los dos hijos de la víctima, de tres y siete años, han quedado bajo la custodia de los servicios sociales.

"Sus gritos me perseguían", ha declarado una testigo presencial del crimen, que relató cómo vieron al agresor portando un cartucho de gasolina con el que roció a la mujer cuando esta salía de la clínica.

El Gobierno alemán presentó el pasado noviembre su primera estadística sobre violencia de género, según la cual el año pasado 331 mujeres murieron a mano de sus parejas o exparejas en el país.

"Necesitamos estas cifras porque nos ayudan a hacer visible la violencia doméstica", declaró entonces en rueda de prensa la ministra de Familia, Manuela Schwesig, al referirse a los "estremecedores números", con más de 104.000 mujeres agredidas por sus parejas en 2015