La operación, denominada 'Garrazar', se inició a principios de noviembre, cuando la Benemérita tuvo conocimiento del posible cultivo de marihuana en el interior de una finca rural de Garrapinillos.

Los agentes comprobaron que la parcela no era utilizada como vivienda habitual y que constaba de dos edificaciones: una casa y una nave en la que se podría estar cultivando marihuana, ya que contaba con sistemas de climatización, de vigilancia y tenía las ventanas tapiadas. Los guardias también percibieron un fuerte olor a cannabis desde el exterior.

A través de una inspección técnica de la empresa eléctrica, se comprobó que la parcela estaba tomando electricidad de manera ilícita y que tenía un consumo tres veces superior al de un domicilio habitual.

Antes estas evidencias, el jueves, 1 de diciembre, agentes de la Guardia Civil realizaron un registro en el interior de la parcela. Localizaron tres básculas de precisión, útiles para la elaboración y manipulación de marihuana, 500 gramos de picadura y cogollos de marihuana seca, distribuidos en diferentes estancias del inmueble, lámparas de invernadero, envases de plástico para planteros, maceteros, una bolsa con un kilogramo de sustancia blanca, presuntamente utilizada para corte, y pequeñas dosis de speed y cocaína.

En el interior de una nave anexa, que tenía una puerta de acceso blindada, había una plantación de marihuana de modalidad interior con 713 plantas de cannabis en diferentes estados de crecimiento. Contaba con sofisticado sistema de ventilación, iluminación, humidificación y riego.

Por todo ello, la Benemérita ha detenido a I.E.T.S., de 40 años y nacionalidad española, al que le constan antecedentes policiales, como presunto autor de un delito contra la salud pública y otro de defraudación de fluido eléctrico. Tras quedar a disposición judicial el pasado viernes, se ha decretado su ingreso en el centro penitenciario de Zuera.

La propietaria de la parcela, familiar del detenido, también ha sido investigada por los mismos hechos.