Según ha explicado Faulí, el protocolo consiste en una declaración jurada, preparada desde las inundaciones de Málaga en 1989; una valoración de daños, que suele tardar una semana como mínimo; una solicitud a la administración central y autonómica, para que valoren los daños de las parcelas; sumar todos los daños de las zonas afectadas y, por último, pedir las indemnizaciones.

En este sentido, ha apuntado que si el cultivo no tiene el seguro contratado para el daño causado, las administraciones "ponen pegas para poder indemnizarte y ayudarte". Asimismo, ha afirmado que "bastante gente se asegura en el tema de cítricos", los cultivos principales en la zona afectada del Valle del Guadalhorce.

Faulí ha señalado que la zona más afectada es la Cuenca del Guadalhorce, principalmente desde Cártama (Málaga) hasta la desembocadura del río, aunque hay daños "menos aparatosos" en municipios malagueños de Coín, Álora y Costa del Sol Occidental, insistiendo en que "aún no tenemos ningún dato en concreto".

Por otro lado, ha subrayado que el daño más problemático ha sido el desbordamiento del Guadalhorce, "que ha provocado que las huertas de ahí se hayan inundado mucho", aunque también ha apuntado a que haya "daños materiales, derrumbes y roturas". Paralelamente, ha señalado que en otras comarcas de Málaga no ha habido daños, poniendo el ejemplo en la Axarquía, donde ha afirmado que "si sigue lloviendo bien y no hay ningún problema, esto va a ser una recarga buena de acuíferos".

Al mismo tiempo, ha descartado que, en relación con el cultivo, se trate de "una catástrofe a nivel provincial", ya que la zona afectada es "muy concreta" que "no afecta a la totalidad de la producción", ni que perjudique "en un grado superlativo a la producción de cítricos de la provincia de Málaga", la principal en el Valle del Guadalhorce.

Por último, el secretario general de Asaja Málaga ha comentado que espera que no se creen "falsas alarmas" de que haya sido "una catástrofe a nivel provincial".