Rivero, que tras su tesis ha realizado un estudio específico sobre la novela negra, policíaca y criminal en asturiano, presentó sus conclusiones recientemente en las Xornaes d'Estudiu de la Llingua Asturiana, que organizó la Academia de la Llingua.

En su opinión, este género en lengua asturiana "está en un momento muy bueno", con propuestas "interesantes" en los últimos años, entre ellas 'Crónica de la lluz y la solombra', de Antón García, 'La vida de siempre', de Vicente García Oliva, o 'Sangre na braña,' de Roberto González Quevedo.

"La tendencia ha de ser esa: seguir en un momento álgido, porque estamos en un momento en el que el género (a nivel internacional) está cobrando mucha fuerza, también en televisión, con multitud de series con elementos de novela criminal o directamente sumergidas en el género". "No es una moda", ha advertido. "Es un fenómeno que seguirá unos años más".

Eso sí. Recuerda que hacen falta más mujeres escritores dentro de esta tendencia. "No hay ninguna, ni tampoco una protagonista investigadora", matiza el autor. Sí comenta que "hay protagonistas femeninos, pero los investigadores principales son hombres". "El género en Asturias tiene mucho más recorrido y nos falta ver esa mirada de género", añade.

Según sus investigaciones, son 22 obras que se pueden calificar de novela negra, policíaca o criminal en 32 años, comenzando la cuenta en 1984, con 'La muerte amiya de nueche', de Xuan Xosé Sánchez Vicente. Rivero entiende que no es un número muy significativo para un espacio de tiempo tan largo, pero destaca la calidad de muchos de estos trabajos.

'BOOM' DE LOS 80

La evolución ha sido paralela a la del género en lengua española. "Al principo hubo un 'boom' en los años 80 y principios de los 90, que coincide con un 'boom' en toda España, cuando se utilizaba el género para cuestionar el proceso de transición", ha añadido. "Los temas suelen ser sociales, de cuestiones como tráfico de drogas o

tráfico de personas, de aquella época".

Entre los ejemplos, cita 'Miénteme, dime la verdá', de Adolfo Camilo, en la que "se hace un juego metaliterario", dado que su protagonista es un detective afincado en Oviedo "al que se le presenta un crimen que tiene que ver con los poetas Álvaro de Campos y Fernando Pessoa". Se trata, además, del "primer detective homosexual de la historia de la literatura asturiana".

De este periodo cita también 'L'aire de les castañes', de Vicente García Oliva, basada en el asesinato homófobo de Alberto Alberto Alonso Blanco, 'Rambal', en Gijón en 1976. Una tema que trataría también en 1998 Pablo Antón Marín Estrada en 'La ciudá encarnada'.

Un segundo periodo comenzaría entrados los años 90, con una novela negra "más experimental". Así, menciona 'Apaecíos en México', de Boni Pérez, un híbrido en el que "el personaje recibe la aparición de un fantasma, y que mezcla libros de viajes, de humor, de la novela del absurdo, y también de literatura policíaca y fantástica".

También se refiere a 'El nome de la Rosa', de Xavier Frías Conde, una parodia de 'El nombre de la rosa, de Humberto Eco.

Por último, Rivero describe una ltima etapa, a partir de 2008, en la que "se ha retomado el género, coincidiendo con la aparición de la trilogía 'Milenium', que "ha supuesto un boom en la novela criminal en España". Ha sido, en este contexto han visto la luz algunas como las las anteriormente mencionadas 'Crónica de la lluz y de la solombra', de Antón García, o 'La vida de siempre', de Vicente García Oliva. También señala 'Intentu d'escritura', de Xurde Fernández, "novela negra dentro de otra novela".