Chicote, al rescate de la comida portuguesa en Pesadilla en la cocina

  • Una llamada de auxilio desde el centro de Madrid, la zona más turística y con más potencial de la capital para la hostelería. La razón: el restaurante María la portuguesa está prácticamente vacío. Y
Chicote en un programa de 'Pesadilla en la cocina'.
Chicote en un programa de 'Pesadilla en la cocina'.
ATRESMEDIA
Chicote en un programa de 'Pesadilla en la cocina'.

al rescate acudirá Alberto Chicote en la nueva entrega de Pesadilla en la cocina este jueves, en el prime time de laSexta.

Alberto Chicote acude a este restaurante de tradicional comida lusa que, con sólo unos meses de vida, ya está cayendo en picado y tiene pocas perspectivas de futuro.

Causas no hay sólo una pero la más evidente recae en su dueña, una emprendedora portuguesa que pasa la mayor parte del tiempo en su otro negocio y que ha dejado al restaurante en manos de su singular socio, que tiene todo descontrolado.

Una plantilla inexperta y frustrada y uno de los mayores despropósitos culinarios que haya visto Alberto Chicote en su extensa trayectoria en Pesadilla en la cocina, la francesinha -el típico sándwich portugués- que se prepara en el restaurante, son otros de los ingredientes que hacen de este negocio un verdadero disparate hostelero.

UNA EMPRENDEDORA AUSENTE

Llamado así por su dueña, el restaurante María la portuguesa fue una de las grandes ilusiones de una emprendedora de nuestro país vecino que llegó a la capital junto con su familia para probar suerte en los negocios. El gran éxito de su pastelería la llevó a plantearse un nuevo desafío, y poco menos de un año antes de tener que acudir a Pesadilla en la cocina abrió el restaurante a escasos metros de la céntrica Puerta del Sol madrileña.

Sin embargo, la baja calidad de su oferta culinaria, la ausencia de la dueña -que pasa más tiempo en la exitosa pastelería- y una organización desastrosa han hecho que el negocio vaya directo al fracaso.

La falta de rumbo del restaurante es la consecuencia directa de su mayor problema: el enfrentamiento abierto entre la dueña y su socio, en quien ha dejado toda la responsabilidad del negocio a pesar de no estar capacitado para ello. A esto se suma una plantilla en constante rotación, que no sabe a quién obedecer.

Si el planteamiento no cambia y, sobre todo, si Alberto Chicote no consigue abrir los ojos a la dueña para que vea la importancia de delegar adecuadamente e interesarse en profundidad por su negocio, María la portuguesa pasará a engrosar la enorme lista de restaurantes cerrados en los últimos tiempos.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento