La vuelta a la normalidad no  va a ser nada fácil en las comarcas de La Safor (Valencia) y La Marina Alta (Alicante). Una tromba de agua anegó el pasado viernes pueblos enteros, campos de cultivo y hasta playas. Pero la pesadilla no ha terminado: como si de una broma macabra se tratara, la previsión meteorológica para hoy y mañana avisa de chubascos «localmente fuertes o muy fuertes» en la misma zona azotada por la catástrofe, donde los vecinos sacaban ayer muebles inservibles a la calle y comenzaban a hacer balance de las pérdidas.

Se espera que los chubascos sean persistentes, lo que puede dificultar las labores de limpieza y evaluación de daños en los municipios más afectados.

Ayer eran 315 las personas que trabajaban en la limpieza y el achique de agua en las calles, así como en labores de desescombro y reconstrucción en el norte de la provincia de Alicante. Principalmente, bomberos, militares, voluntarios y policías.  En las playas de Levante y Capri hubo que romper el paseo marítimo para dar salida al agua acumulada. Decenas de coches estaban aún ayer apilados por sus calles.

Zona catastrófica

La Generalitat valenciana anunciará hoy la cuantía de las ayudas para reponer muebles, reparar casas o reconstruirlas. Su presidente, Francisco Camps (PP), señaló ayer que él y el jefe del Gobierno central, José Luis Rodríguez Zapatero, están de acuerdo en que los municipios afectados sean declarados zona catastrófica.

Camps se comprometió a hacer llegar las ayudas de manera «inmediata, situación por situación», afirmó.