¿Es posible la vida cotidiana en el atroz caos bélico de Alepo?

  • El reportero estadounidense Nish Nalbandian presenta una realidad descarnada en el libro 'Un mundo entero ciego: guerra y vida en el norte de Siria'.
  • Las imágenes muestran escenas cotidianas —una boda, llevar los niños al colegio...— mientras la matanza y la destrucción prosiguen desde hace cinco años.
  • Quiere 'recordar al público que aquello que pasa en tierras lejanas no está sucediéndole a una especie extraña y desconocida'.
Foto de Nish Nalbandian de un área cuya dominio estaba siendo combatido por fuerzas revolucionarias y gubernamentales
Foto de Nish Nalbandian de un área cuya dominio estaba siendo combatido por fuerzas revolucionarias y gubernamentales
© Nish Nalbandian - From 'A Whole World Blind: War and Life in Northern Syria', published by Daylight
Foto de Nish Nalbandian de un área cuya dominio estaba siendo combatido por fuerzas revolucionarias y gubernamentales

¿Cómo es aparecer de pronto en un escenario de guerra? ¿Comprobar que, entre explosiones y escombros, la gente sigue saliendo a la calle, casándose o enviando a los niños al colegio? El fotógrafo estadounidense Nish Nalbandian cuenta de primera mano el shock que le produjo asistir al caos de Alepo, la mayor ciudad de Siria.

Frente al hospital de Dar Al-Shifa paran vehículos de los que sale un niño que llevan en brazos o un hombre con la ropa agujereada, ambos ensangrentados. El fotoperiodista insiste en que hay "bastante calma en la calle", en la que se amontonan curiosos y gente dispuesta a ayudar un día más a los civiles heridos. Después llega una camioneta llena de cuerpos. Los depositan en un garaje dentro de las saturadas instalaciones hospitalarias. "No hay gritos, ni alaridos, sólo el llanto y el lamento de las mujeres (...) La multitud empuja, ansiosa de averiguar quién está ahí", escribe.

Humaniza la noticia

A Whole World Blind: War and Life in Northern Syria (Un mundo entero ciego: guerra y vida en el norte de Siria) es un libro de imágenes de descarnada actualidad y el drama se acentúa cuando caemos en que esa realidad lleva entre nosotros desde 2011. El ojo fotográfico del autor pone cara al titular impersonal, humaniza la noticia, se fija en rebeldes en primera línea de combate, pero también en gente que lucha en su día a día por vivir en medio de las ruinas.

Editado por Daylight —una organización estadounidense sin ánimo de lucro que publica libros de arte y fotografía de carácter documental— el tomo combina las poderosas imágenes de Nalbadian con testimonios orales, historias, ensayos y recuerdos para crear un conjunto vivo de la agónica y brutal guerra en Siria.

Ancianos que se empeñan en sonreir

La historia gráfica que construye ofrece letales trayectorias de proyectiles nocturnos, ancianos que se empeñan en sonreir, niños con expresión adulta, paisajes de viviendas sin fachada y sin señales de haber estado habitadas desde hace ya tiempo. En la narrativa que complementa a estas instantáneas hay testimonios del propio autor, además de textos de los fotorreporteros Will Wintercross y Emma Beals (que viajaron a Siria para documentar la guerra) y del fotógrafo y cineasta John Rowe.

Director de un documental sobre Chris Hondros, el fotorreportero que murió cuando cubría la guerra de Libia en 2011, el cineasta y escritor Greg Campbell clausura el volumen con un lúcido ensayo sobre el papel del fotoperiodismo en la actualidad.

Podrían ser nuestros hijos

Subraya que las imágenes deben "recordar al público que aquello que pasa en tierras lejanas no está sucediéndole a una especie extraña y desconocida", que le sucede a aquellos que podrían ser nuestros hijos o hermanos.

"Que nos tengan que recordar esta obviedad es una prueba lo suficientemente triste de la xenofobia alarmista y del trastorno global que estamos viviendo en el momento en que este libro se publica, cinco años largos tras el inicio de la guerra civil en Siria".

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