La cerveza belga y la rumba cubana ya son Patrimonio Inmaterial de la Unesco

  • La Unesco ha declarado Patrimonio Inmaterial la tradición cervecera de Bélgica.
  • También lo ha hecho con la rumba cubana.
  • Considera que ambas son expresiones culturales y de la identidad de su país.
Imagen de la cerveza belga Leffe.
Imagen de la cerveza belga Leffe.
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Imagen de la cerveza belga Leffe.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró este miércoles la tradición de la cerveza belga Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. La decisión se adoptó durante la reunión anual del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio de la Unesco, que se celebra en Addis Abeba (Etiopía).

La Unesco acordó proteger esta tradición cultural alcohólica, que involucra a quienes producen, disfrutan y promueven la producción artesana de cerveza. Los expertos reunidos en la capital etíope han valorado la extrema diversidad del arte cervecero en Bélgica, así como la intensidad con la que es consumida e integrada en la vida diaria y festiva de sus habitantes.

Bélgica cuenta con casi 200 fábricas de cerveza que producen 1.500 tipos distintos de esta bebida hecha con cebada fermentada, agua y lúpulo, muchas de ellas artesanales o cervezas especiales.

En este país europeo, la cerveza se somete hasta a cuatro procesos distintos de fermentación: la espontánea, empleada en la cerveza "lambic" (única en Europa); la alta o "ale"; la mixta, propia de las cervezas "tostadas"; y la "baja" o "lager", utilizada en la modalidad "pilsner".

La cerveza como elemento cultural

La declaración subraya que la tradición cervecera de los belgas, pese a sus variantes y preferencias locales, refuerza su identidad como comunidad, ya que se practica en todo el país. En cada provincia hay fábricas, clubes, museos (cerca de 30 en toda Bélgica), cursos, formación, eventos, festivales y restaurantes dedicados al este elemento líquido.

Actualmente, la supervivencia de la tradición cervecera está a salvo gracias al conocimiento trasmitido por sus productores, que van desde pequeñas familias hasta comunidades de monjes trapenses y grandes empresas, subrayó la Unesco en su informe sobre esta elemento cultural.

Pero hubo un tiempo, tras las dos guerras mundiales, en que la cerveza belga estuvo en peligro: la grave crisis económica y la desaparición de las fábricas a gran escala confinaron a esta bebida a un consumo marginal y poco apreciado.

Desde 1975, la cerveza ha renacido gracias a movimientos reivindicativos de esta festiva costumbre, al conocimiento artesano trasmitido durante generaciones, al aumento de consumidores y a los elogios de expertos extranjeros. Además de bebérsela, los belgas también utilizan la cerveza para cocinar, elaborar quesos lavados y acompañar determinados alimentos.

"El elemento es accesible a todo el mundo, hombres y mujeres, y no se impone a nadie", es otra de las razones apuntadas para proteger a la cerveza belga. El Comité que ha aprobado elevar esta bebida a la categoría de bien cultural está formado por representantes de 24 Estados partes en la Convención de la Unesco para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial.

Reconocimiento a la rumba cubana

También se ha declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad a la rumba cubana, "una expresión de autoestima y resistencia" que contribuye a la formación de la identidad nacional. La delegación de Cuba dedicó este reconocimiento a Fidel Castro, líder histórico de la Revolución fallecido el pasado viernes tras diez años apartado del poder.

El Comité, formado por representantes de 24 países firmantes de la Convención de la Unesco, decidió incluir la rumba cubana en la lista de bienes protegidos porque es un símbolo de toda la sociedad cubana y "defiende el derecho a la diversidad cultural basada en el respeto mutuo". "La rumba cubana es una expresión del patrimonio oral e inmaterial donde coinciden con armonía la tradición y contemporaneidad", valoró.

La rumba, que surgió en las barriadas urbanas pobres de Cuba, está vinculada a la cultura africana, pero también posee algunos elementos característicos de la cultura antillana y el flamenco español. "Por su naturaleza integradora y diversidad cultural, se convierte en una expresión de amplio alcance social", destacó la Unesco.

"La riqueza del ritmo, la gracia y la sensualidad de los bailes y cantos y la alegría que transmite, conecta con muchas personas, independientemente de su género, fenotipo, situación social o geográfica", añade.

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