El CF Palencia pierde y da su peor imagen

  • El conjunto morado cayó derrotado ante el CD Guijuelo por 0-1.
  • El mal juego de los locales le hizo merecedor de una sonora pitada de la afición.
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El CF Palencia ya puede "presumir" de haber jugado el peor partido que se ha visto en el Nuevo Estadio Municipal La Balastera. Lo perpetró ayer, ante un CD Guijuelo que ganó por 0-1 en un partido sin juego, sin ocasiones y del que poco se puede contar salvo críticas.

¿Por qué perdió el Palencia? Porque no sabe jugar. Así de fácil y así de terrible. El CD Guijuelo le dio el balón desde el primer minuto y con él toda la responsabilidad de llevar una batuta que le queda demasiado grande al equipo morado.

Lo cierto es que el Palencia no comenzó mal, tocando la pelota y llevándola de banda a banda, con Rubén Pérez y Nacho Calvillo muy colaboradores y con Asensio bien colocado y con buenos movimientos.

Lo que ocurrió es que el Guijuelo no es tonto y se dio cuenta de que había que embarrar el partido, así que se puso el traje de faena y, a pesar de no encontrarse cómodo en el campo, desplegó un arsenal de faltas tácticas en el que el CF Palencia se diluyó como un azucarillo.

En el minuto 32, en una falta a sólo medio metro del córner, Dani Cobo puso un balón en el área que ningún defensa morado supo despejar y que Iker Urraca convirtió en el 0-1.

Cuando en benjamines te enseñan que no hay que despejar el balón por raso al centro del área es para que no pase lo que le pasó ayer al Palencia, que en el despeje el balón choque contra un espinilla y te hagan un gol.Justo antes del final, Lago recortó a

un Corral fuera de sitio (no un un caso aislado, estuvo mal todo el partido) y habilitó un balón a
Carmelo que metió al área sin encontrar a nadie que lo empujara a la red.

El resto del partido fue un despropósito. En la segunda parte Alfonso del Barrio retiró a Armendáriz y Pallarés, metió en el campo a Fernando y Jabuti y apostó por un tribote con este último en punta. Si los hubiese dejado en el banquillo tampoco hubiera pasado nada porque no aportaron nada al juego.

A ratos el Palencia conseguía llegar al borde del área del Guijuelo; pero de un pollo sin cabeza no se puede esperar ni siquiera lo fácil: disparar a puerta. Así pasaron los minutos; entró Juanfer pero tampoco sirvió de revulsivo. El Palencia estaba muerto.

La pitada con la que la afición despidió al equipo debe entenderse como un aviso: No se quiere volver a ver a este Palencia.

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