Disidentes, tras la muerte de Fidel: entre Raúl Castro, el 'tercer hombre' y el temor a Trump

Cubanos exiliados en Miami (Estados Unidos) celebran la muerte del líder de la revolución cubana Fidel Castro.
Cubanos exiliados en Miami (Estados Unidos) celebran la muerte del líder de la revolución cubana Fidel Castro.
EFE
Cubanos exiliados en Miami (Estados Unidos) celebran la muerte del líder de la revolución cubana Fidel Castro.

Tras la muerte de Fidel Castro, la disidencia cubana pone el foco en intentar abrir una etapa de transición pacífica en la isla, tanto en materia económica, de la que denuncian que sigue habiendo estancamiento, como en el ámbito político, mientras contienen la respiración ante los movimientos internacionales de países vecinos como EE UU y su próximo mandatario, Donald Trump.

El anuncio de su fallecimiento no ha sorprendido entre los cubanos, según cuenta a 20minutos desde Santiago de Cuba Daniel Ferrer, Coordinador General de Unpacu (Unión Patriótica de Cuba). "Por suerte estamos mucho más avanzados que en Corea del Norte y no nos tiramos de los pelos por la muerte de un líder. La mayoría ha continuado con su vida normal", ha explicado en una conversación telefónica.

Desde el punto de vista ético, Ferrer no se alegra por la muerte de Castro, "aunque se trate del fallecimiento de un hombre que ha causado tantas muertes y dolor en Cuba". Sin embargo, el cambio positivo puede venir en lo político. Ferrer augura que "todo se encamina, a menos que pase algo inesperado, hacia que un tercer hombre se vería en la situación de tener que comenzar las reformas que Cuba necesita en materia económica y política".

La disidencia interna denuncia que pese a los gestos de apertura escenificados entre Raúl Castro y el presidente estadounidense, Barack Obama, en materia económica "esto no avanza, hay un estancamiento económico", sostiene el también expreso político.

Sobre la amenaza que puede representar el presidente electo de EE UU, Donald Trump, de cara a revertir la escasa apertura que experimenta Cuba, "todo parece indicar que las cosas van por ahí", sostiene este disidente, "porque designó a una persona que está a favor del embargo", aunque sostiene "el escenario va a depender mucho también de como se mueven las cosas en Venezuela y otros países latinoamericanos", así como la postura final que asumirá Trump.

También influirá mucho "cómo funcionará a partir de ahora la mente de Raúl Castro, qué pasos dará", reitera Ferrer. En este sentido, el Coordinador General de Unpacu insiste en la idea de un 'tercer hombre' a la cabeza del sistema, que "ya no sería de la misma guardia que Fidel y Raúl Castro", sino de personas de una "tercera generación". "Ahora el régimen se mantiene por inercia, un tercer hombre podría intentar cambiarlo", opina Ferrer.

Desde España, el disidente Rigoberto Carceller no esconde a 20minutos su "satisfacción" por la muerte del dictador cubano: "Lo digo sin ningún tipo de hipocresía. Cada vez que un tirano muere, se llame Francisco Franco, Fidel Castro, Salazar, Pinochet... debe ser una alegría para los pueblos, la página para ese tirano pasa". Sin embargo, matiza que "otra cosa es que esa tiranía de monarquía que se vive en Cuba siga latente".

Para Carceller, presidente de honor de Cuba Democracia ¡Ya!, la voluntad de cambio en la sociedad cubana "sigue ganando pequeños espacios" tras la muerte de Fidel Castro, aunque ha insistido en que "la represión en Cuba sigue siendo brutal, avanzar es muy complicado". "La página de este tirano es parte de la historia, y la historia no lo va a absolver", se ha referido Carceller empleando así una de las frases más recordadas que Fidel Castro pronunció: "La historia me absolverá".

Este disidente cubano, que fue deportado en 1993 como preso político, asegura que con la muerte de Fidel, ahora Raúl Castro "tiene todo el camino libre hacia la transición", un proceso al que ahora se enfrenta solo. Además, ha vuelto a tender la mano al actual presidente cubano "para hablar de una transición pacífica" en la isla.

Respecto al temido 'efecto Trump' que pudiera provocar sobre la transición cubana, Carceller prefiere no poner el acento en factores externos y defiende que "lo importante es que la transición esté en manos del pueblo cubano y no en la de un presidente norteamericano". "Tenemos que convivir con esa relación de un gobierno poderoso cerca, pero también tenemos claro que nuestra identidad es procubana y jamás será proyanqui".

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