Así lo han asegurado a Europa Press fuentes judiciales, quienes han explicado que tras el veredicto de culpabilidad se ha dictado sentencia in voce, que es firme, ya que todas las partes han manifestado que no recurrirán la resolución.
El hombre reconoció los hechos ante el jurado popular el pasado lunes y aseguró que lo hizo porque "quería estar con ella". Además, admitió que castigaba a la hija en común, de cuatro años entonces, para hacer sufrir a la madre.
La Fiscalía de Violencia contra la Mujer y las acusaciones particulares, en representación de los padres de la víctima, solicitaron en sus conclusiones finales un total de 19 años, seis meses y un día de prisión, pena a la que ha sido condenado.
El acusado asintió ante las preguntas de la fiscal del área de Violencia contra la Mujer, Flor de Torres, sobre el control que ejercía sobre la víctima, impidiéndole salir de casa, y también los castigos contra la niña, a la que encerraba en el cuarto de baño para que "no viera lo que hacía" a la mujer, y a veces no le daba de comer, con el fin de hacer sufrir a la madre de la pequeña.
Admitió que agredió a su expareja durante la relación y que el día de los hechos fue a la casa de los padres de ella, donde residía tras haberlo denunciado poco antes, haciéndose pasar por un amigo para contactar con ella a través de mensajes de móvil para controlar donde estaba. Cuando llegó y la vio con una ropa distinta del trabajo, pensó "que se veía con otro", manifestó.
Entonces, según declaró, sacó el cuchillo que llevaba, primero con el objetivo de "asustarla", pero finalmente terminó apuñalándola. Preguntado si se arrepentía, el acusado dijo que "todos los días, pero para ellos no sirve para nada".
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