El Supremo le da la razón al marqués que vendió la espada del Cid

Estatua de El Cid Campeador en Burgos.
Estatua de El Cid Campeador en Burgos.
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Estatua de El Cid Campeador en Burgos.

El Tribunal Supremo ha fallado a favor del marqués de Falces, José Ramón Suárez-Otero Velluti, que vendió la espada de El Cid, "Tizona", por 1,5 millones de euros, en 2008, a un grupo de empresas y una fundación, quienes a su vez la donaron a la comunidad de Castilla y León.

El marqués de Falces era el titular por herencia de la espada "Tizona", atribuida a El Cid Campeador, y como tal podía disponer íntegramente de la misma, ha sentenciado el Supremo.

La sentencia revoca las anteriores dictadas por el Juzgado de Primera Instancia número 72 de Madrid y por la Audiencia de Madrid, que dieron la razón a las hijas de un matrimonio que fue declarado en 1987 heredero universal por un marqués de Falces antecesor del actual y tío suyo, Pedro Velluti de Murga.

Tanto el Juzgado como la Audiencia consideraron que los demandantes eran cotitulares de la espada, en referencia a las hijas del anterior marqués. Ellas reclamaban la mitad del precio de la espada, es decir, 750.000 euros.

Sin embargo el Supremo determina que José Ramón Suárez-Otero Velluti es el "propietario exclusivo de la espada Tizona pues (...) le pertenecía por donación de su madre".

Ella a su vez era titular de tal derecho "al haberlo obtenido por prescripción adquisitiva o usucapión en cuanto había sido poseedora exclusiva de la espada en concepto de dueña durante más de los seis años que al efecto exige el artículo 1955 del Código Civil".

La referida posesión de la espada por parte de la madre del actual marqués fue efectiva a pesar de que el arma estuvo expuesta en el Museo del Ejército en Madrid. Después, desde 2007, la "Tizona" fue depositada por el marqués de Falces en el Museo de Burgos.

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