De esta forma, la bodega ha dado también a conocer su última creación materializada en un vino de finca, de terroir -Finca La Beata-, una puesta en escena enmarcada en la creatividad gastronómica de Dacosta, que ha elaborado una propuesta especial para la ocasión, con platos para reflejar el arraigo a la tierra como 'raíces y hojas secas' y otros característicos de su cocina como el cubalibre de foie, buñuelo ligero de bacalao, piedra de parmesano, la gallina de los huevos de oro, arroz en ceniza o campo de cítricos, según ha explicado la bodega.

El Poblet quedó transformado por una noche en un club de lectura neoyorquino, con el relato del vino como portador de narraciones nacidas en la viña, contadas por sus elaboradores y dispuestas a ser descubierta por el paladar, olfato y la mirada, en un acto conducido por el actor y escrito Tonino Guitián y con la presencia del artista referente en 'street-art' Rafael Rodrigo, quien asumió el reto de reintepretar la nueva creación de la bodega en su obra, bordada en seda.

El enólogo de la casa, Daniel Expósito, explicó que este vino de finca es la "expresión máxima" de su trabajo, el objeto que refleja la historia de la bodega. "Seamos transmisores de nuestro arte de vivir, contemos historias a través de nuestros caldos", explica Expósito. La Finca La Beata es un viejo viñedo de baja producción (un kilo por cepa), cuyas uvas son capaces de transmitir al vino elaborado los matices, concentración y complejidad del entorno que les rodea.