En su escrito de acusación, al que ha tenido acceso Europa Press, el Ministerio Público pide para F.A.G. 28 años de cárcel por cuatro delitos de abuso sexual y un año de prisión por un delito continuado de exhibicionismo, así como el pago de una indemnización de 15.000 euros a la menor por el daño moral ocasionado.

Además, solicita que se le prohíba aproximarse a menos de 500 metros de la menor por un plazo de 40 años y que se le imponga la medida de libertad vigilada por tiempo de 45 años a ejecutar con posterioridad a la salida de prisión.

La Fiscalía considera que el acusado, de 47 años de edad, alquiló una habitación en un inmueble de la capital en agosto de 2014, señalando que en el mismo inmueble vivían también en una habitación alquilada una mujer y sus dos hijos, en concreto la víctima y un menor de 3 años de edad.

Según relata en el escrito de acusación consultado por Europa Press, "en distintas ocasiones", sin que conste fecha exacta pero en todo caso entre agosto y noviembre de 2014, el procesado, "con ánimo libidinoso", aprovechaba que la madre de los menores se hallaba en el trabajo para estar con ellos "y ganarse su afecto".

En este punto, asegura que, al menos en tres ocasiones distintas, el acusado llevó a la menor a su dormitorio, donde "la desnudó y le besó", mientras que en otra ocasión "la colocó boca abajo en la cama y trató" de penetrarla, aunque finalmente no logró su fin "por desproporción de tamaño de órganos".

El acusado "llegó a grabar la escena con su teléfono móvil, no constando que la difundiera", señala la Fiscalía, que agrega que, además, el procesado le mostraba vídeos de contenido erótico y sexual a la menor, "diciéndole que era algo común a todas las mujeres, utilizando para ello tanto una tablet de su propiedad como el móvil de la madre de la menor".

La Fiscalía añade que fue precisamente el historial de búsqueda de Internet "lo que alertó a la madre de lo que había ocurrido".

El abogado del acusado, Felipe Pajares Briones, ha señalado en declaraciones a Europa Press que, en relación a este tipo de asuntos, que son asignados a abogados del turno de oficio con más de diez años de experiencia, "son muchos los letrados que se niegan a llevarlos por considerarlos muy desagradables", pero ha asegurado que, en su caso, asumió la representación del procesado "por estar convencido al 100 por cien de su total inocencia".

El juicio por estos hechos se celebrará en los próximos meses en la Audiencia Provincial de Sevilla.