El destino de un bebé recién nacido con síndrome de abstinencia por la drogadicción de la madre, una reclusa de la cárcel de Alcalá de Guadaíra (Sevilla), es aún una incógnita.
Al parecer, Instituciones Penitenciarias quitó el bebé recién nacido a su madre, Antonia Fernández Pareja, según ha denunciado su abogado.
En un escrito dirigido a las autoridades penitenciarias, Antonia pidió que le dieran "una segunda oportunidad" y que le dejaran cuidar a su hijo, tal como está previsto en la Ley Penitenciaria, y si posteriormente se demuestra que no es capaz de atenderlo de forma adecuada, que actúen "como marca la ley".
Antonia reconoce que su conducta en el pasado no fue buena, pero dice que el tribunal que la juzgó "no incluyó en su condena la privación de la maternidad".
Añade que ahora está "pagando su deuda con la sociedad" y argumenta que en la cárcel ha elevado su nivel de estudios y ha mejorado su preparación laboral.
Por su parte, cuatro parejas del entorno familiar de la reclusa se han ofrecido a la Junta para cuidarlo y evitar que sea dado en adopción o que ingrese en un centro, como está previsto.
Estos son los abuelos, dos tíos casados y una tercera tía. Por ahora, la Junta de Andalucía asume su tutela de "forma provisional".
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