En su intervención ante la Cámara para pedir su confianza para ser investido presidente por tercera vez, Feijóo ha insistido a la hora de reclamar "respeto como ciudadano" y también ha apelado a la "colaboración como político". "Que la responsabilidad que nos otorgó nuestro pueblo a todos y cada uno de nosotros, se manifieste en los frutos de nuestro trabajo", ha agregado.

Así pues, ha conminado a todas las fuerzas parlamentarias a "aceptar el resultado de la votación" y ha pedido dejar "la dialéctica del aplauso fácil y el golpe en la mesa" para trabajar por "mejorar la vida" de los gallegos. "Perder el miedo al acuerdo es el primer paso para afrontar el futuro sin cobardía", ha instado, tras esas referencias veladas al veterano nacionalista Xosé Manuel Beiras, hoy sin escaño en el Pazo do Hórreo.

Es más, Feijóo ha dado por hecho que los gallegos "no entenderían" que no hubiese acuerdos a la hora de defender el futuro de Galicia. "No entenderían que nuestros egos estuvieran por encima del autogobierno que la generosidad de quienes nos precedieron hizo posible", ha enfatizado, convencido de que "una idea no es buena o mala en función de quien la proponga".

Después de cerca de dos horas de discurso, en el que se ha reivindicado como "militante de Galicia", Feijóo ha pedido a la totalidad del hemiciclo que se imbuya del "espíritu del mayor partido de esta tierra, un partido con 2,7 millones de habitantes". "Ejerzamos esa militancia", ha pedido, tras proclamar que él dará "todo" de sí mismo para "cumplir con el mayor honor de su vida".