Tradición y modernidad en la ruta de pinchos por Santander

  • El picoteo, gran alternativa a las copas en Cañadío.
  • Mas de una decena de locales ofrecen una variada selección.
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Esquina de Marcelino Saiz de Sautolua y Hernán Cortés, dos de las calles de la 'ruta del incho' Santanderino.
Esquina de Marcelino Saiz de Sautolua y Hernán Cortés, dos de las calles de la 'ruta del incho' Santanderino.
AGENCIAS
Esquina de Marcelino Saiz de Sautolua y Hernán Cortés, dos de las calles de la 'ruta del incho' Santanderino.

Los pinchos se han apoderado del centro de Santander. Los bares de picoteo son la nueva moda, y se han adueñado de los alrededores de Cañadío, una zona en la que siempre han estado presentes, pero en la que en los últimos años han proliferado hasta crear una auténtica ruta de pinchos. Desde los más veteranos a establecimientos inaugurados recientemente, todos ofrecen por un precio que ronda entre algo más de un euro y los tres un amplio abanico de sabores y alternativas.

El Diluvio (c/General Mola 14) se ha convertido con los años en uno de los locales de referencia. Con varias decenas de pinchos en su carta en los que combina elementos de la cocina tradicional cántabras con todo tipo de innovaciones, es uno de los lugares preferidos de tapeo entre los santanderinos. Justo en frente se abre el Mercado del Este, una alternativa más económica si se visita a primera hora, antes de que se ´convierta´ en un local de copas.

Las tostas y los montaditos son la gran apuesta de Las hijas de Florencio (Paseo Pereda 23), que con un amplio local se ha consolidado en sus ocho años de existencia como otro de los puntos de encuentro obligado, como lo es el Rampalay (c/Daoiz y Velarde 9), que dispone de comedor y terraza junto a la iglesia de Santa Lucía, a menos de cien metros de la plaza de Cañadío y que ha hecho de sus raciones y los montaditos de solomillo una de sus señas de identidad.

En el número 15 de la misma calle se abre La Despensa, que apuesta por la variedad a través de sus tortillas, pizzas y pinchos fríos y calientes de gulas, foie, pimientos, etc. A escasos metros, Casa Ajero ofrece sus tortillas y raciones.Ya en la calle Marcelino Sanz de Sautuola, en el cruce con Hernán Cortés, el Luzmela ofrece como alternativa un amplio abanico de pinchos exóticos a buen precio. Más tradicional es la oferta del Tívoli, con un amplio local perfecto para las familias.

En Peña Herbosa, La Pirula, con más de 20 años de trayectoria a sus espaldas, es otra de las referencias imprescindibles y una alternativa a los pinchos con todo tipo de raciones entre las que los productos cántabros son la auténtica estrella del menú, como ocurre con el Zacarías (c/General Mola 41), que al margen del prestigio de su restaurante ofrece la posibilidad de tapear en la barra su selección de productos de gran calidad.

Todo este abanico de locales se han convertido en alternativa y complemento a Cañadío, la zona de copas por excelencia de Santander y en torno a la que se articula una auténtica ruta gastronómica a la que progresivamente se va sumando una oferta cada vez mayor y más variada.CONSULTA AQUÍ TODAS LAS

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