Las investigaciones se iniciaron al tener conocimiento los policías de que tres personas se habían percatado de que les habían hechos pagos con sus respectivas tarjetas de crédito en un establecimiento comercial, del que todos son clientes habituales, que ascendían a un total de unos 7.200 euros cuando "en todo momento" las tarjetas habían estado en su poder.

Durante las investigaciones, los agentes averiguaron que todos los pagos se habían realizado en el mes de octubre y que una de las víctimas tenía hasta nueve movimientos realizados en el mismo establecimiento comercial que ascendían a 4.500 euros. De igual manera, averiguaron que este mismo cliente había recibido una llamada del dependiente del local pidiéndole un número determinado de la tarjeta, ya que tenía problemas con el TPV a lo que accedió la víctima.

Continuando con las pesquisas policiales, los agentes se dirigieron al establecimiento comercial y el encargado les admitió que había usado la tarjeta de crédito de una clienta en el datáfono de la tienda, así como les mostró que lo hacía de manera manual, usando la numeración de las tarjetas bancarias de manera mecánica. La numeración la había obtenido con anterioridad, al ser las víctimas clientes habituales, según la Policía.

Como consecuencia de las investigaciones, los policías lo detuvieron como presunto autor de un delito de estafa. El detenido, sin antecedentes policiales, tras ser oído en declaración, fue puesto en libertad, tras ser advertido de la obligación de comparecer ante la autoridad judicial cuando para ello fuese requerido.