Atropella mortalmente a un ciclista y no para al pensar que es una "rueda"

Juan Ignacio Villanueva, juzgado hoy por un delito de homicidio por imprudencia después de que supuestamente ocasionara la muerte de un ciclista al que atropelló sin socorrerlo al darse a la fuga, declaró hoy que nunca tuvo conciencia de que atropellara a nadie y llegó a pensar que le tiraron una rueda.

Según la calificación provisional del fiscal, el acusado, después de haber estado toda la noche en la feria de Córdoba, donde llegó sobre las 00.00 horas del 21 de mayo de 2006, estuvo consumiendo bebidas alcohólicas, "que mermaron su capacidad psicofísica", y sobre las 8.00 horas del mismo día cogió el vehículo "y a pesar del cansancio físico y la somnolencia que padecía" se trasladó hasta su finca después de llevar a un amigo a la estación de Renfe de la capital.

Sin embargo, durante la vista oral, el procesado declaró que esa noche no había bebido alcohol, tan sólo refrescos y mosto, y que iba en condiciones de conducir, a pesar de que los agentes de la Guardia Civil que le detuvieron en su casa una hora después del accidente, le sometieron a pruebas de alcoholemia que arrojaron un resultado positivo de 0,36 y 0,34 miligramos de alcohol por litro de aire espirado.

Sobre el motivo del accidente, el joven dijo que se distrajo porque estaba pensando en una discusión que había mantenido con su novia para que esa noche no acudiera a la feria y que en ese momento "chocó contra el quitamiedos y algo le cayó encima", insistiendo en que no vio al ciclista, sino que pensaba que le habían tirado una rueda porque incluso el sonido que se produjo era como un objeto de goma. Tras el incidente, se fue a su casa, se quedó sorprendido por el estado en el que había quedado la luna delantera del coche, pero no vio que hubiera restos de sangre en el coche.

De hecho, comentó que cuando vio que la Guardia Civil se presentó en su casa, pensaba que se debía a que había roto algún semáforo o algún objeto propiedad del Ayuntamiento. Tras las preguntas del fiscal, el joven, que conducía un porsche negro, descartó que esa distracción estuviera motivada por la mezcla de alcohol y medicamentos, ya que reconoció que unos meses anteriores había tomado sustancias para quitarse de fumar. En cuanto a las pruebas de alcohol que dieron positivas, dijo que pudiera deberse a un inhalador, listerine, que le ofreció su amigo cuando lo dejó en la estación de tren.

En calidad de testigo acudió este amigo quien confirmó que el procesado no bebió nada de alcohol en toda la noche y que le hubiera sorprendido que lo hiciera, ya que él nunca toma ese tipo de sustancias. De hecho, comentó que cuando lo llevó en coche a la estación de tren no notó nada por lo que pudiera entender que no estaba apto para conducir. Finalmente, otro testigo, que fue adelantado por el joven en la carretera de Villarrubia cuando se dirigía a su finca, declaró circulaba a gran velocidad y que poco después vio cómo el ciclista saltó por el aire cuatro metros de altura tras impactar con el coche, mientras que el conductor no paró y tampoco llegó a reducir su marcha.

Por tales hechos, el fiscal pide una pena de cuatro años de cárcel para el joven.

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