En una nota, detalla que muchos de los manifestantes, que "se encontraban con las caras tapadas con pañuelos, caretas y algunos incluso con cascos -lo que da una idea clara de sus intenciones-, no solamente hicieron caso omiso a las indicaciones, si no que finalmente desobedecieron todas las advertencias e indicaciones policiales".

En concreto, explica que "la manifestación autorizada tenía un recorrido en el que no se incluía el paso por la sede del PP", aunque "un grupo de manifestantes se desmarcó de la manifestación, ante la oposición de los organizadores de la misma, que trataron de disuadir su idea".

Al respecto, apunta que este grupo era de unas 250 personas, que se dirigieron a la citada sede, "provocando cortes de calles y alteraciones en el tráfico", a lo que agrega que "una vez se acercaron estas personas a la sede del PP, los mandos policiales montaron un dispositivo a fin de mantener el orden público", a la vez que "los mandos policiales presentes en el lugar se acercaron a estas personas para dialogar con éstos y pedirle que desistieran en su actitud".

Según el SUP, los agentes, "siempre en busca de preservar el orden público, se vieron obligados a disolver este grupo de personas, con los medios menos lesivos a su disposición y siempre intentando causar la menor lesividad posible".