El veterano cineasta Ken Loach hace "la película" sobre la crisis, 'Yo, Daniel Blake'

  • El cineasta británico Ken Loach recibió la Palma de Oro en el pasado Festival de Cannes por la película 'Yo, Daniel Blake'.
  • El guionista Paul Laverty asegura que es lo mejor sobre la crisis.
  • La actriz Hayley Squires espera que la película cause una "tormenta" también entre el público español porque habla a la clase trabajadora.
El director británico, en el último festival de cine de Londres.
El director británico, en el último festival de cine de Londres.
GTRES
El director británico, en el último festival de cine de Londres.

Hace unos meses, el británico Ken Loach cumplió ochenta años y, casi a la vez, el Festival de Cannes le daba la Palma de Oro por Yo, Daniel Blake, una cinta que es "la" película sobre la crisis, según su guionista, Paul Laverty, que destaca "el intacto espíritu de resistencia" del cineasta.

"Está delgadito como un galgo y a pesar de esos 80 años está fenomenal, todavía está estupendo, muy en forma, y con la misma curiosidad de siempre; es, todo él, puro espíritu de resistencia", afirma el guionista habitual del maestro británico.

Laverty habló en el marco del pasado Festival de Cine de San Sebastián donde presentó la película junto a los actores principales, Dave Jones y Hayley Squires, quienes recogieron el premio del Público de la cita donostiarra.

En unos días, la película llegará a los cines españoles y su público, en opinión de Laverty, volverá a recuperar al Loach más "sensible, más retador y más resistente": "Lo importante es mantener la dignidad".

Bajo esta sencilla premisa se mueve toda la cinta. O más bien, se coreografía, porque Yo, Daniel Blake es un grito orquestado desde el corazón de quienes sienten en su piel los efectos de los recortes, de la pobreza, de la sinrazón de los métodos administrativos y de la exclusión por ser mayor, ser mujer, no ser blanco o ser pobre. Y da en la diana.

"La verdad es que lo más difícil al empezar un guión es la elección de la premisa y de los personajes, pero a eso se llega después de un largo proceso de investigación que, en mi caso, consiste en escuchar a la gente antes de escribir. Y eso hice", explica el guionista de Sweet sexteen (2002).

Visitó bancos de alimentos —quizá, una de las escenas más impactantes de la película—, y observó a todo tipo de personas mientras hacían sus labores cotidianas. También habló con expertos, pero hasta que no acudió a los job centers (equivalente a las oficinas de empleo españolas) no sintió que tenía los datos.

"Vi gente de verdad con hambre de verdad, gente eligiendo entre calefacción y comida; era tan básico como el hombre primitivo buscando refugio, comida y calor. Y esto estaba pasando en un país que es el quinto mas rico del mundo", se indigna el guionista de El viento que agita la cebada (2006).

En su opinión, Loach lucha en esta cinta contra estereotipos como que el 25% de los que reclaman ayuda lo hacen de manera fraudulenta y, lo más importante, "demostrar la perversidad del sistema que culpa a las víctimas de su situación".

"Esto es una elección política", considera. Y añade que "como ciudadanos tenemos que informarnos y reclamar; si no lo hacemos —advierte—, luego nos salen fenómenos como Donald Trump, en EE UU, o Jean-Maríe Le Pen, en Francia, o esos peligrosos neonazis de Alemania. Esta es otra reflexión de Yo, Daniel Blake.

"Ken y Paul son unos maestros en dar voz a los que no tienen y son perfectos para hacer esta película; deberíamos darles las gracias por hacer este tipo de cintas que otros no hacen, no sé si porque no saben o no quieren", comenta a Dave Johns, que interpreta al protagonista.

Hasta ahora, dice este cómico habitual de la televisión británica, "las películas se han hecho siempre desde la perspectiva de los bancos o del sistema"; Loach, agrega, "se preocupa de los efectos en la gente ordinaria".

"Daniel puede ser tu padre, tu marido, tu abuelo. Es una historia sencilla contada con el corazón y enfocada hacia la injusticia", aporta el actor, que destaca además la "enorme delicadeza" con la que Loach trata el tema.

En su opinión, los británicos "han cometido un gran error" con el brexit aunque está convencido de que Blake "hubiera votado para salir, no por razones racistas, sino por formar parte de su generación a la que han contado muchas mentiras. Con miedo —añade— tiendes a culpar a otros. Los que votaron a favor del brexit creían que nadie les escuchaba".

"En Europa nadie escucha a nadie", abunda la joven actriz Hayley Squires, toda expresividad desde sus enormes ojos, que le sirven casi más que las palabras para decir algunas cosas. En la película, ella es una madre soltera que coincide con Blake buscando trabajo y se hacen amigos inseparables, una solidaridad que acaba moviendo montañas.

Squires espera que la película cause una "tormenta" también entre el público español porque habla a la clase trabajadora: "Confío en que ayude a entender que se necesita compasión, pero sobre todo unidad. Sin eso, no se producirá ningún tipo de cambio".

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