Barkos, en su discurso en el Debate sobre el Estado de la Comunidad foral, ha repasado la situación que se encontró su Gobierno, una Navarra "con una deuda de 3.323 millones de euros" y con "un montante de 64 millones de euros, con tendencia creciente hasta 2030, a pagar cada año en concepto de peajes en sombra".

"Nos encontramos con unas arcas forales absolutamente exhaustas, vacías", ha criticado Barkos, para señalar que, en materia de desarrollo económico, "no podemos hablar de herencia recibida, básicamente porque no hemos recibido nada, no sólo nosotros, sino especialmente la sociedad navarra". "En materia de desarrollo económico, en materia de apuesta industrial nos encontramos sin un solo proyecto de iniciativa impulsada por el Gobierno foral", ha cuestionado.

Ha continuado afirmando que "el panorama que nos encontramos era dramáticamente desolador en Salud" y ha criticado "la desidia presupuestaria y la desidia de gestión" que "ha dejado al ámbito de la salud pública prácticamente desmantelado" con "listas de espera inadmisibles, desmotivación de profesionales y nulo desarrollo de los sistemas de evaluación de resultados".

También ha criticado la jefa del Ejecutivo foral la situación que se encontró su gabinete en el ámbito educativo, que presentaba "auténticas emergencias", al igual que todo lo concerniente a los derechos sociales, con "recortes en dotaciones para empleo social, en subvenciones o ayudas a la dependencia".

Igualmente, Uxue Barkos ha criticado la situación en la que se encontraban los ayuntamientos a la llegada de su Gobierno, así como "la emergencia, o directamente desastre, del panorama en las áreas de cultura o deporte".

En este punto, se ha referido al "emblema de la gestión político-administrativa del desastre, el pabellón Navarra Arena", un pabellón para el que "jamás se pensó cuál iba a ser el uso, un uso adecuado a las necesidades y a las oportunidades de Navarra". "Simplemente se hizo, se ejecutó, se gastó, pero no se pensó", ha sostenido Barkos, para indicar que "no se pensó porque esa era la manera de actuar en la gestión de la primera de las instituciones ejecutivas de la Comunidad foral, su Gobierno, el botiprontismo político".

Una "falta de planificación", ha agregado la jefa del Ejecutivo foral, que "adquiere tintes dantescos en materias de especial sensibilidad como lo son las políticas de Paz y Convivencia". "Nunca en Navarra, en 40 años de gobiernos que sucedieron a las estructuras del franquismo, existió una estructura de Gobierno que impulsara políticas públicas de paz y convivencia, ni programas de promoción de una cultura de paz, respeto y convivencia", ha asegurado, para cuestionar también que "nunca ha existido una estructura institucional que promoviera políticas públicas de atención a las víctimas".

Asimismo, la presidenta navarra ha criticado que "nunca haya existido la más mínima voluntad en desarrollar la ley del Vascuence en los temas relacionados con la atención a la ciudadanía", además del "deliberado y obtuso estancamiento de cualquier solución para la difusión normalizada de ETB".