Más del 80% de lo que se recauda por la prestación de cese de actividad para trabajadores autónomos "se queda por el camino" y se utiliza para equilibrar los balances de las mutuas que gestionan esta prestación, a través de sus fondos de reserva. Así al menos lo asegura y denuncia la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA).

El secretario general de UPTA, Eduardo Abad, considera que la prestación por cese de actividad, sin ser obligatoria, es autosostenible y rentable para la Administración, ya que recauda mucho más de lo que abona a los autónomos por la prestación. "Lamentablemente el Gobierno no cumple con lo aprobado en la norma, ya que el 1% de los fondos recaudados, en torno a dos millones de euros, tendrían que ser destinados a la recolocación de los autónomos que han cesado la actividad, dándoles con ello una oportunidad de reintegrarse en el mercado de trabajo", sostiene Abad.

Durante 2015 un total de 5.136 autónomos solicitaron la prestación por cese de actividad, pero sólo 2.009 fueron favorables, lo que implicó el abono de unos 12 millones de euros aunque la recaudación ascendió a 109 millones. De cara a este año, UPTA calcula que por esta prestación se ingresarán más de 109 millones de euros.

UPTA señala que aún resulta difícil acceder a esta prestación, ya que aproximadamente el 55% de las solicitudes se deniegan por causas ligadas a la escasa acreditación de la situación de cese según establece la norma reguladora. Las solicitudes que se aprueban lo son porque ha quedado demostrada la situación económica, por motivos específicos de la situación de la actividad, técnicos o productivos, por perdidas de licencia y por fuerza mayor.

El importe medio de la prestación por cese de actividad alcanza los 716,53 euros al mes, siendo la cotización media de 319,26 euros y la duración media de nueve meses, según la organización.