Tribunales.- El jurado declara culpable del asesinato de sus hijos al ubriqueño acusado de matarlos en 2014

  • El jurado popular ha emitido este lunes un veredicto de culpabilidad para el hombre juzgado en la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Cádiz por el presunto asesinato de sus dos hijos, de 16 y 20 años, a los que habría asestado un total de 40 puñaladas con un cuchillo de matanza, en la localidad gaditana de Ubrique en la madrugada del 6 de octubre de 2014.

Fuentes judiciales han explicado a Europa Press que, tras deliberar durante unas seis horas este lunes, los miembros del jurado han decidido por unanimidad que el acusado es culpable de dos delitos de asesinato con alevosía en ambos casos y con ensañamiento en el caso de la hija mayor. Al mismo tiempo ha sido declarado culpable de un delito de abandono familiar.

Durante la lectura del veredicto, que recoge la culpabilidad del acusado en todos los cargos que se le imputaba, miembros del jurado y de la familia de las víctimas no han podido evitar romper a llorar.

Durante el juicio, que se ha desarrollado entre el día 14 y el pasado viernes, han declarado 29 testigos y 12 peritos. La Fiscalía solicita para el acusado 42 años de cárcel -20 por cada asesinato y dos por abandono familiar-, mientras que las acusaciones particular y popular, ejercidas por familiares de las víctimas y el Ayuntamiento de Ubrique, respectivamente, piden 47 años de prisión. Las acusaciones han sostenido durante el juicio que cometió "una auténtica carnicería" con sus hijos.

La defensa, por su parte, ha pedido la libre absolución del acusado, al mantener durante el juicio que las víctimas "se mataron entre sí".

EL DESENCADENANTE

Todas las partes han apuntado como posibles desencadenantes de los hechos una disputa sobre la herencia de la casa en la que residían los hijos y que éstos no aprobaban la relación que mantenía su padre con una mujer a los pocos meses de morir su madre.

Según han detallado las acusaciones durante el juicio, la madre de las víctimas falleció en noviembre de 2013 y el acusado instaló a su nueva novia en la casa familiar en marzo de 2014. La negativa de la hija hizo que pagara un piso de alquiler a su novia, con la que vivía los fines de semana.

Entre semana permanecía en el domicilio familiar, si bien se desentendió de los gastos de la casa y de la manutención, acumulándose deudas por impago de facturas y provocando riesgo de embargo de la vivienda. Según el acusado, con ello pretendía forzar a su hija a que "hiciera las paces" con él y con su pareja.

Han relatado que, pese a que abonaba el alquiler de su novia y a que solicitó un préstamo de 4.600 euros para pagarle unos implantes mamarios, el hijo menor del procesado "ni siquiera tenía comida en la nevera".

La situación "dramática" provocó que la hija mayor abandonara sus estudios universitarios en Sevilla para volver a Ubrique y dedicarse a su hermano, sobreviviendo con la ayuda que recibían de los servicios sociales del Ayuntamiento.

En este sentido, durante el juicio se ha puesto de manifiesto que el 3 de octubre de 2014 el acusado recibió una notificación de los servicios sociales del Ayuntamiento citándolo para una entrevista de conciliación familiar para el 7 de octubre -un día después de los hechos-, si bien ha negado que este fuera el detonante, asegurando que no tenía ningún problema en acudir porque estaba convencido de que se iban a arreglar.

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