Clinton y Trump cruzan dardos con humor en una tradicional cena de caridad

El candidato republicano, Donald Trump, durante su polémico discurso en la tradicional cena benéfica de campaña electoral en los EE UU.
El candidato republicano, Donald Trump, durante su polémico discurso en la tradicional cena benéfica de campaña electoral en los EE UU.
Vídeo REUTERS / ATLAS
El candidato republicano, Donald Trump, durante su polémico discurso en la tradicional cena benéfica de campaña electoral en los EE UU.

Cuando el mundo pensaba que tras el tercer y último debate entre Hillary Clinton y Donald Trump, los candidatos darían un descanso a su enfrentamiento constante, ambos se vuelven a encontrar en la cena de caridad de Alfred E. Smith. La diferencia es que, esta vez, los dardos se lanzaron con humor.

La cena, que se celebró en el hotel Waldorf Astoria, cumple con una tradición de décadas para invitar a candidatos presidenciales a una cena de gala que les permita reflejar su sentido de humor, pero en esta ocasión coincidió con la etapa final de una áspera campaña electoral. Y, como era de esperar, Clinton y Trump intercambiaron salpicadas con bromas ácidos en sus monólogos humorísticos.

Pero los dardos no solo fueron hacia el rival, sino que los candidatos también se rieron de sí mismos: "He hecho un alto en mi rigurosa agenda de siestas para estar aquí, y es todo un lujo para ustedes, porque normalmente cobro mucho por discursos como este", bromeó Clinton, en una alusión a la controversia de sus discursos pagados. "Resistir tres discursos con Trump ha sido un milagro", dijo también.

Y la demócrata ensalzó la caballerosidad del republicano por mandarle un vehículo para que la trasladara a la cena de esta noche, pero dijo que se trataba de un "coche fúnebre".

Los discursos de ambos candidatos presidenciales, el de Clinton más largo que el de Trump, aludieron a distintas situaciones que se han desarrollado durante la campaña y hasta los comentarios más recientes hechos en el debate presidencial del miércoles.

Todo ello ante una audiencia de un millar de personas, de rigurosa etiqueta para la cena de gala, en la que Clinton y Trump se sentaron muy cerca, separados sólo por el arzobispo de Nueva York, el cardenal Timothy Michal Dolan.

En una sola ocasión, cuando terminó su discurso Clinton, ambos candidatos presidenciales se saludaron dándose la mano, pero en el acto se notó la frialdad que deriva de la áspera relación que han tenido en los últimos meses.

Trump bromea con el plagio de Melania

Entre las bromas que hizo Trump figura el supuesto ofrecimiento de Clinton para que, si llega a la Casa Blanca, el magnate neoyorquino se convierta en embajador de Estados Unidos en Irak o Afganistán, aludiendo a los peligros a los que estaría expuesto en esos países.

También lamentó que su esposa Melania haya recibido críticas por haber pronunciado "el mismo discurso" que la primera dama, Michelle Obama, mientras que esta última solo recibió elogios.  Esa parte aludía a revelaciones de que partes de un discurso que pronunció Melania Trump fueron plagiadas de otro previo de Michelle Obama.

Clinton reconoció que no era conocida por su sentido del humor, aunque sostuvo que siempre ha destacado por el buen ánimo demostrado en las fiestas a las que ha acudido, a pesar de que reconoció que solo habían ido a tres.

Y aludiendo a las críticas de que no dice lo mismo en sus discursos privados a inversionistas que en los mítines electorales, Clinton dijo que esta noche iba a decir una única verdad: "Esta elección pasará pronto".

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