EAC señala como "aspectos irregulares" la "necesaria y total erradicación de plantas invasoras, que de lo contrario se irán extendiendo sin control", y la nociva aplicación de herbicida (glifosato) en un ámbito predominantemente acuático, donde acabará arrastrado por las lluvias; además de la necesaria apertura del muro de contención para conseguir un efectivo flujo intermareal".

"Todo ello, a punto de finalizar el plazo de actuación, dibuja un panorama preocupante de falta de rigor en la ejecución de este proyecto de recuperación ambiental, con negativa repercusión sobre el entorno natural que debiera ser objeto de protección", denuncia Ecologistas en Acción en un comunicado de prensa un día después de la presentación pública de los resultados del proyecto.

Según EA, el proyecto contemplaba la eliminación de masa de eucalipto y especies invasoras (chilca y plumero), la apertura del muro de contención en 500 metros, en su parte frontal, y la instalación de posaderos y nidos artificiales de águila pescadora para fijar ejemplares migratorios".

Los ecologistas denuncian la "proliferación masiva" de chilca, sobre todo en la total extensión del muro de contención e interior, así como de ejemplares de plumero, para los que se recomienda el arrancado mecánico, como se ha realizado en otras zonas y la necesidad de un plan urgente de erradicación en el entorno de la marisma y riberas del río Escudo.

Asimismo, cuestiona dos pequeñas aperturas del dique, de cuatro metros y un metro, en el límite con la parte final del río Escudo en el lado Oeste del espacio, y subraya que es urgente la apertura del dique según especifica el proyecto con posterioridad a la

erradicación de la planta invasora.

EA también advierte que los tocones quemados de eucalipto "rebrotan con fuerza en casi todos los casos" y denuncia "la aplicación de herbicida extendido sobre estos brotes, que apenas se ven afectados".

El proyecto partió del Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) y la empresa privada gestora del terreno, la papelera ENCE, y ha contado con el apoyo económico de la Fundación Banco Santander, y la colaboración de la Dirección General de Costas del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, el Gobierno cántabro y el Ayuntamiento de San Vicente de la Barquera.

Las marismas de Rubín forma parte de la Red Natura 2000 y del Parque Natural de Oyambre.