Una joven perdió sus dos pechos por un diagnóstico erróneo que prescindió de la mamografía

  • La joven acudió a la consulta en febrero de 2011 tras palparse un bulto en su mama izquierda.
  • El especialista no detectó el nódulo y solo mandó una prueba diagnóstica, una ecografía, que se hizo siete meses después.
  • En diciembre de 2011, Irene entraba a quirófano para practicársele una mastectomia radical izquierda y en abril de 2013 le extirparían la derecha.
  • Una sentencia del TSJ ha condenado a la Comunidad de Madrid a indemnizarla con 140.000 euros.
Una especialista revisa los resultados de una mamografía
Una especialista revisa los resultados de una mamografía
EUROPA PRESS/JUNTA DE ANDALUCÍA
Una especialista revisa los resultados de una mamografía

Que la mamografía salva vidas es una realidad que hoy –Día Mundial contra el Cáncer de Mama– deberían tener muy presente no solo las pacientes, sino también los facultativos, de quienes en última instancia depende encargar la realización de esta prueba, ya sea con finalidad preventiva o diagnóstica.

Algo que sabe bien Irene (nombre ficticio por expreso deseo de la protagonista de esta historia), que ha sufrido una doble mastectomia –extirpación de ambas mamas–como consecuencia de un agresivo carcinoma que degeneró en otro de "peor pronóstico" debido a una negligencia médica, según figura en la sentencia judicial facilitada por la asociación El Defensor del Paciente, y en la que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid condena al Gobierno regional a indemnizar con 140.000 euros a esta mujer que fue tratada en la Fundación Jiménez Díaz.

Los hechos se remontan al 9 de febrero de 2011, cuando la joven (que entonces contaba con 35 años) se detectó un bulto en la mama izquierda por el que acudió a la consulta del médico.

Tal y como se detalla en la sentencia judicial, lo ocurrido a partir de ese momento constituye un cúmulo de despropósitos incomprensibles a tenor de lo que la paciente relató al facultativo y de las evidencias mostradas por la única prueba diagnóstica realizada a la joven, una ecografía efectuada en septiembre de 2011, cuando Irene había cumplido ya los 36 años, y que confirmó la presencia de un tumor .

La sentencia, que es demoledora, no solo califica de "defectuosa" la asistencia sanitaria prestada a la joven, sino que la concreta en "una falta de meticulosidad en la exploración física", por la que el médico ni siquiera palpó el nódulo que sí notaba Irene. Además, el fallo del TSJ estima que "no se cumplieron los protocolos diagnósticos ni de tratamiento que su patología requería", "no se solicitó el estudio completo, incluyendo la mamografía", "se restó importancia a los síntomas que la paciente padecía", hubo "falta de interés, demora excesiva y retraso diagnóstico" además de "retraso en el tratamiento".

Por todo ello, el 2 de diciembre de 2011, diez meses después de acudir a consulta, Irene perdió su pecho izquierdo en una intervención quirúrgica. Lo que todavía no sabía es que en abril de 2013 volvería de nuevo al quirófano para extirparle la mama derecha de forma preventiva.

"Valentía y ganas de lucharlo"

"No todas las mujeres tienen la valentía y las ganas de lucharlo judicialmente. Pero ella venía aquí con su pañuelo, en medio de la quimio y también con la radioterapia", explica la abogada de Irene, Carmen Fernández-Bravo.

"Cuando empezamos la reclamación estaba hundida y solo había perdido un pecho. Fue difícil enfrentar sobre la marcha y en medio del proceso judicial la pérdida del segundo. Pero ahora está mucho mejor. Estaba convencida de que lo que había pasado en su caso no era normal y por eso siguió adelante", cuenta.

Por su parte, los letrados que representaron a la Consejería madrileña de Sanidad y a la aseguradora alegaron en el proceso que "de haberse actuado de manera diferente, el resultado habría sido el mismo, debido a la rápida evolución de la patología cancerosa".

25.000 casos al año

Cada año, según la Asociación Española Contra el Cáncer(AECC) se diagnostican en España 25.000 nuevos casos de cáncer de mama.

Se dan diferencias muy significativas según grupos de edad. Así, la tasa más alta se registra en las mujeres mayores de 70 años con una tasa de 273,3 por 100.000, ligeramente mayor que la que se observa en el grupo de 45 a 69 años (259,2), pero más de siete veces superior a la observada en mujeres jóvenes (37,3 por 100.000 mujeres menores de 45 años).

Asimismo, menos del 10% de las mujeres con cáncer de mama tienen un componente familiar o hereditario y los principales factores de riesgo son hormonales, difícilmente modificables. El elevado consumo de grasas animales, el sedentarismo o el consumo de alcohol o tabaco incrementan el riesgo de padecerlo.

A pesar de las campañas, un 40% de las mujeres no sabe aún que la mamografía es la mejor técnica para efectuar el diagnóstico, y más de un 67% admite que no realiza la autoexploración mamaria de forma regular o no sabe cómo hacerla (especialmente las jóvenes: un 45% de ellas afirma no saberlo), cuando se trata de una técnica altamente recomendada y complementaria a la mamografía para aumentar el diagnóstico precoz.

Eso sí, más del 95% sabe que la detección de un nódulo en el pecho o que un nódulo en la axila (un 87%) pueden ser un síntoma indicativo, pero menos de la mitad asocia una retracción fija de los pezones o una hendidura o retracción de la piel con esta enfermedad, cuando también pueden ser síntomas indicativos.

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