Astral: de velero de lujo a salvar miles de vidas en el Mediterráneo

Imagen del velero Astral, de la ONG Proactiva Open Arms.
Imagen del velero Astral, de la ONG Proactiva Open Arms.
AYTO. DE BADALONA
Imagen del velero Astral, de la ONG Proactiva Open Arms.

"Un barco de ricos convertido en un barco para pobres". Así definía Jordi Évole esta semana a Astral, el velero de lujo desde donde la ONG Proactiva Open Arms realiza labores de rescate de inmigrantes en el Mediterráneo. El equipo de Salvados ha podido filmar durante 15 días su primera misión de salvamento y el resultado de esta grabación es el documental Astral, que ha podido verse en cines desde el 12 de octubre y este domingo emite La Sexta.

El velero, de 30 metros de eslora y construido en los años 70, pasó por varias manos antes de acabar en las de la ONG Open Arms. Quien lo mandó construir fue Cornelius Vanderstar, un superviviente de Pearl Harbor, según cuenta al diario El Mundo el empresario italiano residente en Granada Livio Lo Mónaco, su último dueño y quien lo donó a la ONG. Vanderstar lo cedió a la Marina estadounidense, que lo empleó como buque escuela en una academia naval, y ya en los 90 pasó a manos de Elie Schalit, un magnate judío, que le cambió el nombre de Astral por el de Luis Ginillo.

Desde su construcción siempre había sido usado como lujoso barco de recreo. "Era un velero de lujo donde se habían tomado muchos martinis en su cubierta , algún que otro gintonic, e igual hasta se habían hecho buenas fiestas para muy pocos privilegiados", describía Évole esta semana. Cuando Lo Mónaco adquirió el barco, volvió a recuperar el nombre de Astral.

En una entrevista a 20minutos, Évole ha indicado que el documental narra precisamente la historia desde su origen, "desde antes de que hubiese un acuerdo, entre el empresario que cedía el barco, que es Livio Lo Monaco, de la empresa de colchones Lo Mónaco, y Oscar Camps, que es el director de Proactiva Open Arms".

Fue en la pasada primavera cuando su dueño pensó que no podía seguir disfrutando del barco sabiendo que había tanta gente arriesgando su vida lanzándose al mar y lo cedió a dicha ONG. El Astral, con capacidad de hasta 200 personas se convirtió entonces en un barco de rescate medicalizado: "Convertir un crucero de lujo en un barco de rescate no fue fácil, hubo que quitar muchas cosas de dentro, mesas de mármol y lujos innecesarios", ha recordado Évole.

Ya como barco de vigilancia y salvamento, el Astral zarpó rumbo a las costas de Libia para llevar a cabo la que sería su primera misión de rescate con un equipo de Salvados a bordo. Solo en los meses de julio y agosto, este velero ha ayudado a salvar a 7.000 personas.

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