Antonio de la Torre: "Sobre la España negra, siempre hay una película que hacer y una causa que ganar"

  • Antonio de la Torre y Roberto Álamo interpretan a dos inspectores de policía en el thriller 'Que Dios nos perdone'.
  • Dirigida por Rodrigo Sorogoyen, llega a los cines el viernes 28 de octubre.
  • La película ya ha contado con una excelente recepción por parte de la crítica y tuvo una proyección especial en el pasado Festival de Sitges.
  • Entrevista con el director, Rodrigo Sorogoyen.
Antonio de la Torre y Roberto Álamo durante la presentación de 'Que Dios nos perdone' en San Sebastián
Antonio de la Torre y Roberto Álamo durante la presentación de 'Que Dios nos perdone' en San Sebastián
GTRES
Antonio de la Torre y Roberto Álamo durante la presentación de 'Que Dios nos perdone' en San Sebastián

Alfaro es un inspector de policía violento, bajo el punto de mira de sus superiores y compañeros después de haber agredido a un colega. Velarde es otro inspector, solitario y con problemas de relación social a causa de su tartamudez. Están interpretados por Roberto Álamo y Antonio de la Torre, y son los protagonistas del thriller Que Dios nos perdone que, tras su paso por San Sebastián y Sitges, ha sido calificada como una de las películas españolas del año. Antonio de la Torre ha sido nominado a los Goya en ocho ocasiones —cuatro como actor principal—, y lo obtuvo como secundario por Azuloscurocasinegro (2006); Roberto Álamo obtuvo el premio Goya por su única nominación hasta el momento, también como mejor secundario, en La gran familia española (2013). Dirigida por Rodrigo Sorogoyen, Que Dios nos perdone se estrena en cine el viernes 28 de octubre.

Ha hecho todo tipo de personajes, pero ahora con 'La isla mínima', 'Tarde para la ira' o 'Que Dios nos perdone', ¿se puede decir que Antonio de la Torre se está convirtiendo en un icono del thriller?

(A.T.) La verdad es que ha surgido así. No puedo negar lo evidente, pero no es algo buscado. En mi tarjeta no pondría una etiqueta tipo “Antonio de la Torre. Bodas, bautizos y comuniones”. Los proyectos que elijo depende del guion y del director, pero últimamente lo que me han ofrecido es esto, buenos thrillers.

¿Desde la presentación de 'Que Dios nos perdone en San Sebastián' ya se habla de posibles premios Goya como mejores intérpretes?

(R.Á.) Lo más importante es que, al menos una parte de los espectadores, valoró que estaba viendo un muy buen thriller. Así que misión conseguida, que se lo pasen bien viéndola. Hay momentos de drama, comedia, tensión... de reflexión.

Ha hecho papeles muy variados. Comedia con Daniel Sánchez-Arévalo y en 'Gordos' incluso ganaba y perdía peso. Pero hay gente que dice “Es que Antonio de la Torre a veces da miedo en pantalla?

(A.T.) Hay gente que me dice: si eres encantador en persona, ¿cómo de repente das tanto miedo?. Pues no tengo ni idea de cómo se hace, supongo que en el fondo todos tenemos un lado más malo, incluso de pequeño me gustaba mucho pelearme o meterme en conflictos, y quizá todo eso dentro de un marco simbólico lo pueda sacar. Como persona me gusta más ser cercano o cariñoso.

En 'La piel que habito' (2011) de Almodóvar, Roberto Álamo tenía un personaje secundario, el de Zeca, que era también un personaje brutal, imprevisible...

(R.Á.) Entonces estaba en una función teatral, Urtain, donde interpretaba a un boxeador. Llegó a los oídos de Almodóvar que yo estaba más o menos bien y acudió a verla. Al día siguiente me llamó para ofrecerme el papel.

¿Cómo darles humanidad a este tipo de personajes violentos o con fuertes psicopatías?

(A.T.) El mío es un personaje que tiene mucha dificultad para mostrar sus relaciones y para relacionarse con la gente sobre todo, por un lado, con la relación traumática que tuvo con su madre y, por el otro, a causa de su tartamudez. Intenté retratarlo con mucho respeto, incluso contacté con la Federación Española de la Tartamudez. Es una característica que marca muchísimo. Por eso, es un personaje que a veces está muy concentrado en el trabajo, en cambio, mucho menos en la gente. ¿Cómo hacerlo? No hay un truco o sistema. Pero la gente que me conoce en pantalla sí que seguramente dirá, por mi cara, gestos o tics, este es Antonio de la Torre por la mañana o cuando está contento o enfadado...

(R.Á.) Cuando acoges un papel lo que intentas es dotarle de humanidad. Hagas a quien hagas, sea a un panadero, Jesucristo o Hitler el público pueda cogerle cierta empatía por lo que le pase a ese personaje. A veces se consigue, otras no.

El contexto histórico y social de 'Que Dios nos perdone' es muy reciente, ¿el panorama de la España sigue siendo de mucha crispación política y social? ¿Habría muchas historias que contar sobe la España negra?

(A.T.) Muchísimas. Siempre hay una película qué hacer, siempre hay una causa qué ganar.

(R.Á.) No creo que haya una España tan negra sino que una parte de los dirigentes de España o del mundo son, y con perdón de la palabra, unos hijos de la gran puta. A muchos de estos si que Dios no los va a perdonar, si es que existe Dios. España es un país como cualquier otro, quiero pensar que en todas partes, ciudades, pueblos, barrios, hay gente buena y trabajadora. Cada uno tiene sus cosas, somos humanos, pero no creo que sea una España negra.

Twitter, Instagram, Facebook...  ¿creen que las redes sociales tienen un uso exagerado?

(A.T.) Es algo nuevo. Pero el problema nunca es la herramienta sino el uso que se hace de ella. Aún así, es un nuevo reto. La nueva revolución ahora está en el móvil, bueno, en el Ipod. Es la revolución digital.

(R.Á.) Lo vamos a comprobar con más perspectiva dentro de diez años, de la misma manera que cuando empezó a emitirse televisión en España, en los años 50, tampoco podía medirse el impacto mediático o entre la gente que tendría. Lo que está claro es que Internet ha llegado para quedarse. Hay usos indebidos y otros corrientes y normales. El problema lo veo más por la vía de la intimidad, por lo que podemos decir o subir a las redes sociales. Con ello, una parte de la privacidad se ha perdido. Se puede poner un chiste, cualquiera, otra es la necesidad de ser deseados, amados, reconocidos... y hasta la llegada a Internet no había un cauce para llegar, o al menos hacer pensar, que esto pueda cumplirse de manera más accesible. El problema es querer serlo a través de una red Social, y de forma rápida, a través de tu propia vida.

¿Hay un exceso de gente que busca la fama, ser reconocido y popular, a través de las redes sociales o reality shows?

(A.T.) Creo que no es bueno que se sepa demasiado sobre la vida del actor, porque esto le puede restar credibilidad o magia al personaje. Supongo que tiene mucho que ver con los problemas de una sociedad, para autoafirmarse. En una sociedad más sana con individuos que se quisieran más a sí mismos no necesitarían tanto la fama.

(R.Á.) En el mundo occidental, por lo menos, conlleva querer ser rico, ser admirado, ser deseado. Para mí es un error grave, no tengo aquí Google para buscar realmente lo que significa la palabra “fama”, pero creo que buscar la fama porque sí no es un camino demasiado acertado.

¿Hoy en día es más necesario un cine de evasión para el gran público o, más que nunca, hay que insistir en un cine comprometido, más transgresor?

(R.Á.) Hay una gran parte de espectadores que necesita ir al cine a pasarlo bien y olvidarse de sus problemas. Creo que los problemas se resuelven no en la pantalla sino intentando solucionarlos, tiene que ver con la vida en general. El cine es un sábana blanca donde se proyecta la llegada de un tren, la gente se asusta, y se lo pasa bien. No voy a decir nombres, pero hay una gran estrella mundial del cine, muy conocida, que en una conversación una vez le oí decir: “el cine es solo entretenimiento”. Y era alguien que había hecho peliculones. Llegó a la conclusión, a través de los años, que por mucho que hablemos de cine de reflexión o social, en el fondo, la gran mayoría de la gente que va al cine son los sábados, las familias, las pareja... y va a pasarlo bien. Para mí el cine no debería ser ni reflexión ni entretenimiento especialmente, debería ser una ventana por la que mirar el mundo, y el mundo no siempre es intelectual o gracioso... o divertido. Hay películas maravillosas en todos los aspectos.

¿Cómo ve el propio Antonio de la Torre su evolución como actor en estos 20 años?¿Y, le siguen preguntando sobre su etapa como periodista o en Canal Sur?

(A.T.) Lo bonito de este oficio es que no te jubilas nunca. Si tienes humildad, curiosidad y ganas de superarte a medida que avanzas como persona también lo haces como actor. En cuanto a lo de mi etapa como periodista, sobre todo me lo preguntan en Andalucía.

¿Entre los próximos proyectos de Antonio de la Torre, que nos puede avanzar sobre 'Abracadabra' de Pablo Berger?

(A.T.) No es un thriller (ríe), es una comedia negra inclasificable.

Entre lo próximo de Roberto Álamo, uno de los proyectos es 'En zona hostil' y otro 'La niebla y la doncella'; el primero con guión coescrito por Andrés Kopper y el segundo el debut de éste en el largometraje, ¿Andrés M. Koppel es un nuevo talento? ¿Lo conocía de antes?

(R.Á.) Lo conocía de un corto del que había sido el guionista muchos años atrás. Acabo de terminar de rodar La niebla y la doncella y me parece que Andrés tiene mucho arrojo, además ha debutado como director con 48 años.

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