Samsung promete a sus empleados investigar y restaurar la confianza en la empresa

En medio de la peor crisis de la historia por los Galaxy Note 7 que arden, los directivos de Samsung han prometido a sus empleados que investigarán las causas de los persistentes problemas del smartphone y que restaurarán la confianza en la empresa, informaron este jueves los medios nacionales.

Así lo anunció Koh Dong-jin, director de la división de telefonía móvil de la empresa, en correo electrónico dirigido a los ejecutivos y trabajadores de Samsung el martes, cuando el gigante surcoreano anunció que dejaría de producir el Galaxy Note 7, y recogido en la víspera por la agencia local Yonhap.

"Al margen de las considerables pérdidas financieras, soy bien consciente de las cicatrices que dejará en nuestros ejecutivos y empleados la situación desarrollada durante las últimas semanas y la decisión de hoy", dijo Koh en alusión a la retirada del teléfono por los repetidos casos de combustión del dispositivo.

El directivo de Samsung expresó su "frustración" por el caso y prometió que investigará las causas de estos problemas "cueste lo que cueste" con vistas a "restaurar la confianza de los consumidores en los productos de Samsung".

"Apaguen sus teléfonos"

Esta comunicación en clave interna ha sido la primera de la cúpula de Samsung que ha trascendido sobre el caso desde que la compañía anunciara el pasado día 2 la llamada a revisión sin precedentes de los millones de Galaxy Note 7 vendidos en todo el mundo.

Ninguno de los altos ejecutivos del grupo Samsung -matriz de Samsung Electronics- se pronunció ante los medios sobre el Galaxy Note 7 y sus posibles consecuencias para los planes estratégicos de la compañía, tras celebrar el miércoles en Seúl su junta semanal.

Se recupera en bolsa

A pesar de todo, este jueves se recuperó en la Bolsa de Seúl: los valores de la compañía surcoreana se cotizaban un 1,30 por ciento al alza en la apertura de la negociación, y a las 11.33 horas locales (2.33 GMT) se compraban por 1,56 millones de wones (1.250 euros/1.378 dólares), un 1,63 por ciento más.

El martes, cuando Samsung anunció que congelaba las ventas de su "phablet" de alta gama, sus acciones se hundieron un 8,04 por ciento -su mayor caída bursátil desde 2008- y después de cancelar definitivamente la producción del dispositivo los títulos perdieron un 0,65 por ciento el miércoles.

Asimismo, la compañía anunció en la víspera una rebaja sustancial de sus previsiones de resultados para el tercer trimestre debido a que deberá retornar a sus clientes el importe (882 dólares en EE.UU./859 euros en la Unión Europea) de sus más de dos millones de terminales vendidos.

Samsung rebajó así su pronóstico de facturación para julio-septiembre hasta unos 47 billones de wones (unos 37.859 millones de euros/41.852 millones de dólares), un 4,09 por ciento menos que su anterior pronóstico y un 8,94 por ciento menos con respecto a lo que se embolsó en el tercer trimestre de 2015.

El recorte de sus perspectivas financieras no pareció pasar factura a los inversores, que pujaron hoy por unas acciones que representan aproximadamente un cuarto de la capitalización total de la Bolsa, y que constituyen ahora una ganga tras dispararse su precio a raíz del lanzamiento del Note 7 y antes de que afloraran sus problemas.

Los analistas han advertido sobre la falta de alternativas de inversión ante la crisis de Samsung y su exceso de influencia en el mercado surcoreano, y prevén una depreciación continuada para la empresa tecnológica que podría tener consecuencias a corto y medio plazo para ella y para la Bolsa local.

"El episodio del Galaxy Note 7 representa la mayor crisis que nunca ha sufrido Samsung, y no está claro cuanto impacto tendrá en la confianza de los consumidores", señaló el analista Huh Nam-kwon, de Shinyoung Asset Management, en declaraciones a la agencia nacional Yonhap.