El número de personas en riesgo de pobreza baja en España por primera vez desde la crisis

  • Es la conclusión del informe 'El estado de la pobreza' en España presentado por la red europea de lucha contra la pobreza, EAPN.
  • Pese al descenso de personas en riesgo de pobreza, el documento destaca que tener un trabajo o cobrar una pensión no garantiza no sufrir esa situación.
  • Los jóvenes son los más expuestos (38,2%) y su estatus empeoró respecto a 2014.
  • La mitad de los hogares monoparentales con uno o más hijos a cargo también se encuentran en riesgo de pobreza y exclusión social.
Una maleta en primer plano donde puede leerse: "Después del desempleo, pobreza", en una protesta en Pamplona.
Una maleta en primer plano donde puede leerse: "Después del desempleo, pobreza", en una protesta en Pamplona.
Alvaro Barrientos / GTRES
Una maleta en primer plano donde puede leerse: "Después del desempleo, pobreza", en una protesta en Pamplona.

El número de personas en riesgo de pobreza y exclusión social en España ha bajado por primera vez desde 2007, en el inicio de la crisis económica, aunque sigue habiendo más de 13,3 millones de personas en una situación que no excluye a aquellos que tienen un trabajo o cobran una pensión.

Según el último informe presentado por la red europea de lucha contra la pobreza (EAPN) titulado El estado de la pobreza en España, con cifras de 2015, un total de 13.334.573 personas (el 28,6% de la población) viven en riesgo de pobreza y exclusión. Esta cifra es 0,6 puntos porcentuales inferior a 2014, cuando el porcentaje fue del 29,2% (13,65 millones), el máximo registrado desde que se mide el indicador europeo Arope, una especie de termómetro que tiene en cuenta tres factores: desempleo, pobreza y privación material. No obstante, el dato de 2015 sigue muy alejado de la tasa de 2013 (27,3%) o 2012 (27,2), cuando parecía que esta coyuntura empezaba a ralentizarse.

En la UE, este indicador afecta al 24,4% de la población europea (122,3 millones de personas). La cifra de 2015 en España supone el 11% del total de personas en Europa en esta misma circunstancia económica y social.

La mitad (50,1%) de los hogares monoparentales con uno o más hijos a cargo se encuentran en esta situación de pobreza y exclusión social, una realidad que también afecta al 28,5% de los hogares compuestos por dos adultos con hijos.

Además, el informe destaca que tener un trabajo o cobrar una pensión no garantiza no sufrir ese riesgo, ya que hay adultos con trabajos o pensiones en el 14,9% de los hogares en pobreza (frente al 11,8% de 2014), así como un 1,8% de hogares que sufren tanto pobreza como privación material severa que reciben alguno de esos ingresos.

Por otro lado, existe un 2,2% de la población en España (1,02 millones) que sufre desempleo, pobreza y privación material, los tres factores que mide el índice Arope. "Son los que se encuentran en la peor situación económica y social posible", resalta el informe.

La situación de los jóvenes empeora

El informe destaca que el riesgo de pobreza y exclusión es algo más alto entre los hombres (29,4%) que entre las mujeres (28,9%). Por grupos de edad, las personas adultas jóvenes (con edades comprendidas entre los 16 y los 29 años) son los más expuestos a la pobreza y exclusión (38,2% del total), y su situación empeoró si se compara con 2014, cuando el riesgo era del 36,4%.

Por detrás de ellos se encuentra el grupo de los menores de 16 años —denominados "infancia" en el estudio—, que bajaron del 35,4% en 2014 al 33,4% en 2015. La pobreza y la exclusión sigue afectando, otro año más, a más del 30% de los niños y niñas en España (3 de cada 10).

También son menos los adultos de entre 30 y 64 años que se encuentran en riesgo de pobreza, un 28,5% (frente al 30,4% en 2014). Los mayores de 65 tienen la tasa más baja, con un 13,7% en 2015, aunque subió respecto a 2014, cuando se situaba en el 12,9%.

La situación difiere en función de las comunidades autónomas como consecuencia de las distintas políticas sociales y de protección social llevadas a cabo en cada autonomía. La población andaluza (43,2%) y la de Ceuta (41,7%) se encuentran en mayor riesgo de pobreza y exclusión, mientras que Navarra (13%) y el País Vasco (17,6%) son las que presentan las tasas más bajas de población en esta conyuntura. Es decir, que hay una diferencia de hasta 30 puntos porcentuales entre algunos territorios.

Por otro lado, el estado de la población extracomunitaria en España se deterioró, ya que hay más personas en riesgo de pobreza, un 63,9% frente al 55,4% de 2014. Por detrás están los inmigrantes comunitarios (40,2% en 2015) y la población española (25,5%).

Pobreza y empleo

La EAPN denuncia en su informe que la pobreza, el factor de mayor peso (el 77%) dentro del indicador Arope, afecta a un 22,1% de la población española, el equivalente a 10.383.238 personas. Por comunidades, Andalucía (35,7%) y Murcia (31,8%) tienen las tasas más altas de pobreza frente a Navarra (9,6%) y el País Vasco (10,9%), con los porcentajes más bajos.

Además, tanto el desempleo como el empleo de baja intensidad influyen notablemente en encontrarse en riesgo de pobreza y exclusión. El documento señala que hay más personas en situación de pobreza severa (con ingresos inferiores a 333,8 euros al mes) respecto a 2014. Si ese año rondaban los 3,2 millones de personas, en 2015 han aumentado hasta los 3,54 millones.

Tampoco deja de crecer en los últimos años la tasa de trabajadores pobres, es decir, que no superan el umbral de pobreza pese a tener empleo: de un 11,7% en 2013 a un 14,2% en 2014 y un 14,8% en 2015.

Por otro lado, el 15,4% de la población española entre 0 y 59 años (5.473.846 personas) vive en hogares con una baja intensidad de empleo, una cifra inferior a 2014, cuando la tasa era del 17,1%. Las comunidades cuya baja intensidad de empleo es menor son Aragón, Navarra, Baleares, Cataluña, La Rioja y Madrid, mientras que por encima de la media se encuentran Valencia, Extremadura, Canarias y Andalucía.

Privación material severa

Cerca de tres millones de personas (2,99 millones) sufren la privación material severa, un porcentaje de población que ha subido del 4,5% en 2009 al 6,4% en 2015. De los que se encuentran en esta situación, el 41,6% asegura "no poder irse de vacaciones una semana fuera del hogar al año" y el 39,8% dice "no poder afrontar un imprevisto de 650 euros". Además, el 11% tiene retrasos en los pagos relacionados con su vivienda y el 10,6% vive en situación de pobreza energética en sus viviendas.

Las dos ciudades autónomas, Andalucía, Castilla-La Mancha, Murcia y Canarias multiplican por cuatro las tasas de privación de material severa de Aragón, Navarra y Castilla y León. Ceuta (16,6%), Melilla (15,1%) y Canarias (12,4%) tienen, además, las tasas más altas de hogares en esta circunstancia.

España es el tercer país de la UE con mayor desigualdad, después de Rumanía y Serbia, un factor muy asentado en la estructura de las rentas. El 10% más rico en España tiene hasta una cuarta parte de los ingresos de toda la población.

Además, el informe concluye que el crecimiento económico en nuestro país "no es suficiente" para reducir el índice de personas en riesgo de pobreza hasta los 1,4 o 1,5 millones y cumplir así con el objetivo marcado por la UE para España antes de 2020.

Víctor: "Con 9 euros al día no se pueden hacer proyectos"

Víctor Nogueira tiene 63 años, vive desde hace seis meses en un piso de la Asociación Realidades y cobra la denominada renta mínima de inserción (400 euros). "Con eso tengo que pagar 130 euros de alquiler y con lo demás sobrevives. Te quedan 270 euros para 30 días, que son 9 euros al día. Puedes comer, eso no va a faltar, pero no tienes acceso al ocio, a la cultura, si necesitas unos zapatos porque se te rompen o un pantalón no los puedes comprar, por ejemplo. Solo tienes acceso a lo básico, a lo muy básico. Es un curso intenso de supervivencia. Con 9 euros al día no se pueden hacer demasiados proyectos ni tener fantasías", explica a 20minutos.

Se fue de España con solo 9 años, se licenció en Sociología pero terminó dedicándose a la cocina. Como cocinero vivió en el Reino Unido durante 10 años y reconoce que cuando regresó, en 2010, "era un momento complicado, pero tenía dos años de paro acumulados, un colchón prudente", asegura, salvo por un detalle: "No calculé que tenía 57-58 años". En los seis años que lleva viviendo en España desde que volvió trabajó únicamente seis meses.

Primero vivió en un pueblo de Extremadura, donde estuvo cinco meses trabajando en el sector de la hostelería. Años después agotó los recursos que tenía ahorrados, de unos 6.000 euros. "Entonces tomé un autobús y me vine a Madrid. Llegué el 8 de enero de 2015", recuerda Víctor. Al poco de llegar, estaba decidido a no pasar ni media hora viviendo en la calle. "Paré un coche de la Policía y les dije que no sabía qué hacer con mi vida. Me llevaron al Samur Social y de ahí a la 'campaña contra el frío', lo más parecido que he visto al infierno", asegura.

Dos semanas después pidió plaza y entró en el albergue San Juan de Dios, donde estuvo seis meses. "La rutina era dormir allí y comer en el comedor social", dice. De allí lo derivaron a otro centro en Sanchinarro, Santa María de la Paz. A diferencia de los otros lugares, era una residencia, pero también "un lugar donde la gente iba a esperar la muerte, donde muchos tenían problemas de intoxicaciones alcóholicas. Los dos primeros días lo pasé mal hasta que descubrí una huerta y me puse a trabajar en ella, y empecé a sentir que me ganaba la comida".

Después de un año viviendo en Madrid, Víctor pudo empadronarse a través de las instituciones en las que vivió para poder tramitar así la renta mínima de inserción, una cantidad que reconoce que no da para vivir y que pese a llamarse "de inserción", no ayuda a reintegrarse en el mercado laboral. "No solo es difícil acceder al mercado, sino que yo tampoco estoy dispuesto a aceptar cualquier cosa. Una rodilla en el suelo pongo, pero las dos no. Por suerte no tengo a nadie a cargo", sostiene.

En situación de pobreza y exclusión social lleva casi dos años, y "hace meses que logré bajarme de la tabla de la culpa, de que esto no te coma el cerebro", señala.

En el piso en el que vive ha renovado su estadía por otros seis meses, el tiempo máximo. "En marzo, que tendré 64 años, si no cambia nada, ¿qué hago con mi vida? Yo no lo sé. Ya no solo es que estás sin curro, sino que esto te trae en un desequilibrio a nivel emocional, hay que saber estar entero. Te afecta en un montón de frentes".

Aunque dice estar "desesperado" por conocer a una persona que esté fuera de ese "circuito" de la exclusión, reconoce que "cuando no tienes ningún lugar, no sabes cómo ponerte en algún lugar. Es como vivir en otro planeta. Cambia tu vida de una manera absoluta". Y pone varios ejemplos: "Yo puedo entrar en un bar a tomar un café, pero no debo hacerlo porque con lo que vale me tomo cuatro yogures, ves a la gente en un bar y ves que eso no es tu mundo, ves a una señora regando unas plantas en un balcón y ves que eso no es tu mundo". "Pensaba que esto no me iría a pasar jamás. Llego a un momento de mi vida que nunca nadie me había explicado cómo iba a ser", añade.

Pese a todo, Víctor tiene identificado que lo único que le impide salir de esa espiral es el tema laboral. "Yo mañana empiezo a trabajar y volvería a mi vida en 20 o 30 días. No tengo adicciones ni otros problemas", apunta. Desde que regresó a España mantiene la rutina de seguir enviando currículums, aunque confiesa que solo ve una salida a su problema laboral si "alguien que conociera supiera de algún lugar donde estén buscando personal para contratar".

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