En un parte oficial emitido durante el informativo nocturno, el Gobierno militar precisó que el general Than Shwe expresó al enviado especial de Naciones Unidas, Ibrahim Gambari, su disposición a verse con Suu Kyi, líder de la oposición.
Tras una estancia de cuatro días, Gambari abandonó Birmania el pasado martes después de que fuera recibido por el jefe de la Junta Militar, y de mantener un segundo encuentro con Suu Kyi, sometida a arresto domiciliario desde junio de 2003.
Según la versión oficial birmana, el general Than Shwe dijo al enviado especial de la ONU que mantendrá encuentro con Suu Kyi cuando "abandone su postura de confrontación".
La declaración fue hecha mientras las fuerzas de seguridad prosiguen con las detenciones de aquellos birmanos que respaldaron la movilización popular contra la Junta Militar.
Arrestos masivos
La campaña que persigue acabar con toda oposición al régimen, pasa ahora por detener a gente corriente que fue vista o filmada por los agentes del temido servicio de inteligencia, que dirige el jefe de la Junta Militar, general Than Shwe, desde las purgas de finales de 2004.
Aquella lucha interna por el poder que venció el sector más duro de la Junta Militar, desencadenó el cese y la detención del entonces primer ministro, el general Khin Nyunt, condenado posteriormente a 44 años de presidio.
También son blanco de esta intensa campaña que las fuerzas de seguridad acometen de noche y día, los estudiantes, empleados y los periodistas que colaboraron con los medios extranjeros en la filtración de información e imágenes sobre la brutal represión, según dijeron residentes en Rangún.
Además de la detención de unos 150 miembros de la Liga Nacional por la Democracia (LND), la formación que encabezada por la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, los cuerpos de seguridad persiguen desmantelar el movimiento "Generación de Estudiantes 88", que organizó las protestas callejeras del pasado agosto contra la subida de los carburantes.
Las autoridades militares se estima que han detenido a unas 6.000 personas, más de un millar de ellas monjes, desde el pasado 26 de septiembre, cuando empezó la represión de las manifestaciones tras prohibir las reuniones públicas e imponer el toque de queda en Rangún y Mandalay, las dos mayores urbes del país.
Discrepancias sobre el número de muertos
Al menos 16 personas murieron, entre ellas un reportero gráfico japonés a causa del disparo de un soldado, aunque el Gobierno sólo admite diez muertes y la disidencia eleva el número a más de 200, como aseguró este jueves el diario israelí Haaretz citando a fuentes birmanas.
El Ministerio de Información, bajo el mando del general de brigada Kyaw Hsan, dirige la campaña contra los periodistas que han colaborado con los medios extranjeros, cuya entrada en el país ha sido prohibida.
Las manifestaciones en Birmania comenzaron el 19 de agosto en protesta por la subida de los precios de los carburantes y se convirtieron en un desafió a la Junta Militar tras el maltrato de varios monjes budistas a manos de los cuerpos de seguridad.
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