Un niño de siete años ha "desaparecido" en Melilla durante once horas, desde la hora del colegio, a las nueve de la mañana, hasta las ocho de la tarde, para no comunicar a su madre que la profesora le había citado para transmitirle que no hacía la tarea. Su familia empapeló la ciudad con su rostro y la leyenda "perdido" y denunció el caso ante la Policía Nacional, pero el pequeño regresó por sus medios después de estar un parque sin comer ni beber prácticamente todo un día.

Los hechos ocurrieron ayer cuando H.H.M. había preferido irse al Parque Lobera para no tener que comunicar a su madre que la profesora le había citado para transmitirle que no hacía la tarea y decidió pasar allí la jornada hasta que se arrepintió de su acto y regresar con su familia.

En cambio, -según explicó su propia madre- desde las nueve de la mañana hasta las ocho de la tarde, momento en el que volvió a aparecer, sus padres y personas allegadas recorrieron toda la ciudad en busca del pequeño, denunciaron el caso ante las Fuerzas de Seguridad del Estado y empapelaron la ciudad con los carteles con el rostro del niño "desaparecido".

Todo se quedó en un pequeño susto porque el niño de tan solo siete años había preferido escapar hasta el Parque Lobera antes que decirle a su madre que el jueves, último día de clase -el viernes fue festivo-, su profesora le había pedido que citara a sus padres para analizar su rendimiento.

El pequeño, sobre las ocho de la tarde, después de estar once horas "desaparecido", sin comida ni bebida, decidió acudir al trabajo de su tía, en la calle López Moreno, y volver a casa.

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