Joshua Wong, el activista de Hong Kong que lideró las protestas democráticas en 2014, fue detenido este jueves en Tailandia y ha sido deportado de vuelta por las autoridades de este país asiático, que actuaron tras recibir una petición de China.

Wong, que debía dar una conferencia en una universidad de Bangkok, partió en un vuelo hacia Hong Kong poco antes de las 13.00 (06.00 GMT) desde el aeropuerto de Bangkok, donde había llegado pasada la medianoche. El estudiante tailandés que le invitó, Netiwit Chotipatpaisal, indicó que las autoridades tailandesas actuaron a petición del Gobierno chino, según un comunicado.

Nathan Law, que junto a Wong lideró la llamada Revolución de los Paraguas, dijo en un comunicado en Facebook que durante nueve horas había intentado comunicarse con Wong sin lograrlo y que espera que el Secretario de Justicia de Hong Kong, Rimsky Yuen, quien llega hoy a Bangkok, interceda en el caso.

Wong había sido invitado a dar una conferencia sobre su activismo a favor de la democracia dentro de los actos de conmemoración de la matanza de estudiantes de la Universidad de Thammasat, de la que mañana se cumple el 40 aniversario.

El 6 de octubre de 1976 más de un centenar de estudiantes murieron a manos de grupos paramilitares ultramonárquicos y de ultraderecha días después de una protesta contra el regreso al país de dos dictadores derrocados tres años antes.Los estudiantes quedaron encerrados en el campus de la universidad antes de que este fuera asaltado por los ultras, que mataron a decenas de ellos e hirieron a centenares, lo que llevó a otros tantos a unirse a la guerrilla comunista o huir al exilio.

La detención de Wong fue criticada por organizaciones como Human Rights Watch, que a través de su subdirector para Asia, Phil Robertson, recriminó a Tailandia su voluntad de ceder ante China. "Wong debería ser liberado inmediatamente y se le debería permitir viajar y ejercer su derecho a la libre expresión", dijo Robertson en un comunicado.

Wong fue deportado en mayo de 2015 de Malasia, después de que las autoridades locales impidieran su entrada en el país para participar en varios foros sobre el movimiento prodemocrático de Hong Kong y la masacre de Tiananmen, que en 1989 costó la vida a cientos de personas a manos de las fuerzas de seguridad del régimen de Pekín.