Se podría decir que una única película le ha bastado a George A. Romero para erigirse en referente del género fantástico y de terror: La noche de los muertos vivientes (1968).

El Festival Internacional de Cinema de Catalunya, Sitges 2007, le rendirá este sábado un merecido tributo con la concesión del Gran Premio Honorífico del Festival a toda una carrera. Con el aliciente añadido de presentar su nuevo film sobre el subgénero 'zombi', y la quinta en su cuenta particular: Diary of the Dead .

En ella un grupo de jóvenes pretender hacer historia rodando un documental sobre los muertos vivientes que han invadido el mundo. Pero lo que menos deseaban era convertirse ellos mismos en protagonistas involuntarios y carnaza para unos zombies poco dados a las sutilezas.

Todo un referente

Motivado por razones de prespuesto, más que creativas, La noche de los muertos vivientes se rodó en blanco y negro, con imágenes granuladas, defectos de encuadre y una banda sonora musical hecha con retazos de otras películas de los años cincuenta.

Pero estaba naciendo un mito. En su momento hizo correr ríos de tinta, llegándose a multitud de interpretaciones incluso en clave social y política.

Y, copiada hasta la saciedad, ha quedado como el título que inauguró el llamado terror moderno. Más contundente en sus imágenes, y con un relato impregnado por la fatalidad.

La estela de los muertos vivientes

No logró, George A. Romero, tener el mismo impacto en sus siguiente films.

Por ejemplo, con el vampírico Martin (1977); el tandem formado con el novelista Stephen King adaptando varios episodios en Creepshow (1982); la presencia de un simio inteligente, y siniestro, en Atracción diábolica (1988) o el terror psicológico, nueva colaboración entre Stephen King y George A. Romero en La mitad oscura (1993).

Pero con su cuarta incursión en el tema zombi, La tierra de los muertos vivientes (2005), volvió a llamar la atención de los aficionados y la crítica.

En total, el nuevayorquino ha dirigido diecisiete películas. Ahora, casi 40 años después de engendrar su gran clásico, el maestro sigue en forma.