La moción de IU-CA, recogida por Europa Press, recuerda que el monumento estaba abierto a visitas los domingos y festivos hasta el 31 de diciembre de 2015, recibiendo unas 25.000 visitas al año. Pero desde que el 1 de enero de 2016 la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales se hiciese cargo "totalmente de la gestión del monasterio", el mismo permanece cerrado los domingos y festivos, por lo que se reclama la restitución de su antiguo régimen de apertura.

La moción en cuestión reclama exactamente lo mismo que la propuesta elevada ya al pleno ordinario del mes de marzo. En aquella ocasión, aún con IU-CA gobernando el Ayuntamiento, la propuesta fue rechazada al votar en contra el PSOE y el PA, quienes lideraban la oposición y gobiernan actualmente el municipio, gracias a una coalición derivada de la moción de censura promovida por ambas formaciones, para deponer de la Alcaldía a José López (IU-CA).

El PP, de su lado, promueve una moción en demanda de que "se depuren las responsabilidades" del expolio de agosto, que obligó a cerrar varias semanas el recinto, la rehabilitación "integral" del monumento, pues el sector de su claustro principal y su torre barroca sigue sin restaurar, un "programa específico de difusión" del enclave y la revisión del convenio mediante el cual la Fundación Casa Álvarez de Toledo y Mencos, propietaria del inmueble, tiene cedidos a la Junta los usos del monasterio.

En cualquier caso, el pleno de Santiponce debatirá estas mociones después de que el pasado mes de agosto el monasterio fuese objeto de la sustracción de dos azulejos del siglo XVI, obra del ceramista Niculoso Pisano, que ornaban una de las paredes del majestuoso Claustro de los Muertos del mencionado monasterio, junto a la capilla del Cristo de Torrijos.

Aquel sonado expolio levantó una intensa controversia, con no pocas acusaciones a la Junta de Andalucía respecto al personal y la vigilancia dedicadas al monasterio, una joya artística que combina el arte gótico con el mudéjar y el barroco, pero que no goza del suficiente conocimiento por parte de la sociedad civil. De hecho, el monumento ha sufrido en los últimos tiempos una clara reducción del personal dedicado a su vigilancia y atención al público, así como de su régimen de visitas.