Stan reconoce que limpió la casa y cargó los restos en el coche en bolsas de basura, pero no los descuartizó

  • Constantin Stan, uno de los dos individuos rumanos que tomó parte en el doble crimen de la pareja holandesa cuyos cuerpos se hallaron enterrados en cal viva y descuartizados en una finca de Murcia en mayo de 2013, ha reconocido que ayudó a su compatriota, Valentin Ion, a meter los restos de los cuerpos en bolsas de basura y cargarlos en el coche para enterrarlos, pero que fue Ion quien los descuartizó, según le confesó.

También ha señalado que Juan Cuenca, el 'cerebro' del doble crimen de Ingrid Visser y Lodewijk Severin, no ayudó en estas tareas, y que lo encontró "pálido" cuando bajó de la planta superior de la casa rural que habían alquilado en Molina de Segura y los cadáveres estaban en el suelo, donde permanecieron toda la noche tapados con una manta.

Valentin Ion y Juan Cuenca "estaban manchados de sangre" y su compatriota le relató que había tenido que mediar en una discusión que había iniciado Lodewijk Severin y Valentin Ion "tuvo que proteger a Cuenca y su vida".

En ese momento, asegura que quiso marcharse de la vivienda, pero que tenía rejas y estaba encerrado y no lo dejaban marcharse. Incluso, ha destacado, Cuenca "empezó a llorar y me pidió que lo ayudara a limpiar la vivienda porque de no ser así, cogería una pistola y se quitaría la vida". Y es que, según ha explicado, él no estuvo presente en la pelea, ya que se encontraba en la planta superior durmiendo porque estaba borracho, ya que había ingerido bastante cantidad de whiski, por lo que no pudo oír si hubo gritos o ruidos.

Cuenca y él se marcharon a Valencia por la noche y a su regreso al día siguiente a la casa rural, observó que los cuerpos ya estaban desmembrados, por lo que, según ha relatado, "tuvo que hacerlo Valentin Ion", porque no había nadie más en la vivienda y también se lo reconoció su compatriota.

Para descuartizarlos, afirma que fue Valentin Ion, según le dijo éste, y para ello utilizó un hacha, aunque desconoce quién la compró, ya que él sólo pagó la motosierra, supuestamente para hacer un mosaico, y las bolsas de basura.

Ayudó a su amigo a meter los restos en las bolsas de basura, ya que a su regreso de Valencia "aún había fragmentos por la casa" y cargarlos en el maletero del coche; una tarea en la que Cuenca no colaboró, ya que se encontraba en el asiento del conductor.

También ha confesado que se encargó de limpiar la casa y los utensilios que utilizó para ello los echó en la tumba junto a los cuerpos. Cuando llegaron al huerto, recuerda que cogió la carretilla y la llevó al coche para cargar los cuerpos.

Sin embargo, desconoce por qué el resto de procesados que han declarado en el juicio hacen referencia a Danko, ya que no sabe quién es. La fiscal le ha recordado que en su declaración inicial nombró a esta persona, cuyo paradero no se ha podido demostrar, y reconoció que no se había marchado del lugar porque esta persona le llegó a amenazar de muerte, le dijo que conocía a su hijo, que estaba en Rumanía y que mataría a su familia.

Constantin Stan ha dejado claro que no recibió dinero por este trabajo, y que el único dinero que pidió fue a Valentin Ion para pagar la deuda que tenía en el hotel donde se alojaba. De hecho, ha asegurado, a preguntas de la fiscal, que no sabía que iba a Murcia, ya que su amigo le comentó que se desplazarían a Madrid a hacer un "mosaico", y que supo que iba a este lugar cuando vio los carteles indicativos por la autovía.

Para concluir, Stan, que ha pedido perdón a la familia, ha señalado que no conoce a Serafín de Alba, el propietario de los terrenos donde se hallaron los cuerpos, hasta que lo ve en la cárcel, al igual que su compatriota.

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