Un amor que empapela

  • Un malagueño pega carteles en distintas calles de la ciudad para encontrar su media naranja.
  • Prefiere que lea, sea inquieta, tenga menos de 40 años y valora que sepa inglés.
Domingo Álvarez, con su cartel
Domingo Álvarez, con su cartel
M. MESA
Domingo Álvarez, con su cartel

No busca piso, ni se ofrece para hacer chapuzas, ni para cuidar ancianos. Domingo Álvarez busca novia y va camino de empapelar el centro de Málaga con tal de que le llegue esa mujer inquieta, que le guste aprender, tenga personalidad, practique algún deporte, le guste leer, tengao más o menos unos 40 años, no fume y que pese alrededor de 60 kilos.

A la media naranja se le valorará saber inglés. ¿Para qué hace falta el inglés? "Bueno, si voy a pedir no me corto. Tampoco son muchos requisitos", cuenta Domingo, de 46 años, de origen brasileño y que trabaja como administrativo en una ONG.

Hace tres días se le ocurrió la idea de buscar un "canal alternativo" para encontrar novia. Con un anuncio en la calle pensó que podía llegar a un universo incalculable. Antes había probado en un chat de internet y se apuntó a clases de salsa por aquello de que "siempre hay muchas mujeres solas porque los hombres no bailan".

El sábado volveré a pegar más carteles. Es el día que la gente sale a cazar y entonces yo echo la carnaza"

Con "mucho esfuerzo" consiguió aprender algunos pasos, estuvo dos años hasta que se cansó viendo a "chicos y chicas atractivos que iban, bailaban muy bien un rato y se volvían a sus casas solos. Y me di cuenta que no bastaba con una buen apariencia o bailar para tener una pareja".

El domingo pasado pegó sus primeros carteles en el Paseo del Parque de Málaga, en la céntrica calle Larios y en el paseo marítimo Antonio Machado. Sus amigos, algunos divorciados y otros en pareja, se sorprendieron por el valor que tuvo de exponerse así.

"Yo sé que la gente puede pensar 'vaya fracasado, tan mal le ha ido qué ha recurrido a eso para buscar novia'. Pero me dije que por ahorrarme los malos ratos no me voy a quedar estático, sin hacer nada".

Y entonces se decidió. Sabe que todo entra por el ojo, que el físico es la primera impresión, pero se consuela también con pensar que tener sólo "al barby masculino (Kent)" importa las dos o tres primeras semanas; después "sólo eso acaba aburriendo".

Domingo cuenta que se ha enamorado siete veces; la última, hace apenas un año. Le duró seis meses. Dice que cada año la posibilidad de tener pareja se va estrechando porque "con la edad uno se pone menos guapo y más exigente".

De momento, él tiene unas exigencias aunque "todo se verá en la práctica. Tampoco voy a ir con un ticket marcando esto sí o esto no". Él, en cambio, asegura que puede ofrecer muchas cosas: "hombre delgado, moreno, 1,70, inquieto, que se cuestiona el porqué de las cosas y que no va con el rebaño".

Todavía no ha tenido una cita en estos tres días. Una le dio plantón el lunes pasado, aunque lo han llamado ya en total ocho. Dejará pasar unos días y el sábado volverá a pegar carteles en una "segunda fase". "El sábado es el día que la gente sale a cazar y entonces yo echo la carnaza".

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