El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, advirtió hoy a los "grafiteros" de que su "falsa expresión artística" tendrá como respuesta una "actitud extraordinariamente rigurosa" por parte del Ayuntamiento, mayores sanciones y "medidas absolutamente ejemplares".

Ruiz-Gallardón aprovechó la presentación de los nuevos planes de Limpieza General en los barrios para anunciar su propósito de reformar la Ordenanza Reguladora de la Limpieza Urbana para endurecer las sanciones contra una actividad, los "grafittis", cuya eliminación cuesta cada año al Ayuntamiento 6 millones de euros.

Una cantidad que, según dijo en este acto la delegada de Medio Ambiente, Ana Botella, podría dedicarse a abrir cada año nueve escuelas infantiles.

"Insolidaridad cívica"

Ni el alcalde ni la responsable de Medio Ambiente escatimaron las críticas contra una actividad que en su opinión "no es un arte" sino "vandalismo", constituye "un daño que degrada y deteriora nuestras calles", "genera un gasto absurdo" y supone un "ejercicio profundo de insolidaridad cívica".

Contra las pintadas, que por ejemplo llenan 13.000 metros cuadrados de fachadas sólo en el barrio de Malasaña, que hoy recorrieron Ruiz-Gallardón y Botella, actuarán los planes de Limpieza General en los barrios, que dos veces al año movilizarán a una media de 92 operarios y 60 máquinas durante una semana para acometer una limpieza en profundidad de 216 zonas de los 21 distritos.

Brigada quita-manchas

Las tareas que se llevarán a cabo incluyen, además de la eliminación de "grafittis", la recogida de muebles, el mantenimiento y limpieza de papeleras y contenedores y la eliminación de manchas en el pavimento. Para hacerlo, la Policía Municipal colaborará regulando el tráfico en las zonas afectadas y los vecinos de cada barrio serán informados previamente a través de cartas, carteles e informadores medioambientales.