Comisariada por Montse Agué, directora de los Museos Dalí, de la Fundación Gala-Salvador Dalí, la exposición 'Dalí. Il sogno del Classico' hace especial hincapié en la importancia de Italia y del Renacimiento en la obra del genio ampurdanés, quien junto a su mujer visitaba a menudo este país.

La exposición, que se podrá ver hasta el 5 de febrero, reúne 149 obras de arte que abarcan desde 1945 hasta 1982: 145 procedentes de la Fundación Dalí, tres de The Salvador Dalí Museum de San Petersburgo (Florida) y una de los Museos Vaticanos.

Entre ellas, destacan 22 pinturas, 100 estampas de la serie 'La Divina Comedia' y 27 ilustraciones para 'La Autobiografía de Benvenuto Cellini'.

El núcleo central parte de una selección de óleos poco conocidos, y de los cuales cuatro son inéditos y figuran en sus últimas creaciones de la década de los 80 en que el artista reinterpretó las obras maestras de Miguel Ángel.

Presentadas como conjunto estilístico y temático por primera vez, estas obras permiten indagar en la técnica y el conocimiento del Dalí de este momento, y reflejar cómo sus inquietudes continúan traduciéndose en expresión artística.

A través de la reelaboración de las obras del escultor de 'La piedad', Dalí por un lado trabaja desde el respeto absoluto por la tradición y el pasado y por otro advierte la necesidad de superarlos a través de una innovación constante dirigida hacia la contemporaneidad.

AÑOS 40: RENACIMIENTO

Desde su expulsión del grupo surrealista, al inicio de la década de los 40, el pintor catalán abandera una nueva postura clasicista y de defensa del Renacimiento.

Dalí está considerado el precursor de una nueva fase renacentista, y en este contexto en el que se realizan las ilustraciones para la autobiografía de Benvenuto Cellini, uno de los artistas más influyentes del Renacimiento florentino que le fascina por ser un hombre rebelde y controvertido, y las ilustraciones para 'La Divina Comedia' de Dante Alighieri.

En la exposición se podrán ver también unos óleos de The Salvador Dalí Museum de San Petersburgo y una pintura de los Museos Vaticanos: son obras realizadas porDalí en los años 50 y 60 como ejemplos de la nueva etapa mística del artista en que las temáticas religiosas se funden con la inspiración de los grandes maestros del pasado.