El Mercat de Sant Antoni (cerrado por remodelación desde hace 10 años) destinará 700 metros cuadrados de los 30.000 de superficie edificada prevista a espacios vecinales, y cortará al tráfico el espacio que ocuparán dos plazas que serán de nueva creación que nacerán en las calles Tamarit y Comte Borrell.

Este nuevo equipamiento público estará pacificado, es decir, no permitirá la entrada de vehículos. Aunque sus usos finales por parte de los coches se tienen que acabar de concretar, según ha avanzado este miércoles Montserrat Ballarín, regidora de Comerços i Mercats del consistorio.

Para ello, prosigue el proceso participativo y de estudio iniciado en junio para concretar las utilidades de este eje comercial tradicional del centro de Barcelona, en el que han participado más de 300 personas entre entidades, vecinos y comerciantes.

Los residentes y tenderos han pedido que las dos plazas públicas tengan espacio verde, bancos,  fuentes, aparcamientos para bicicletas, papeleras, suelos sin obstáculos, una buena iluminación  y zona de juegos, así como servicios y puntos de encuentro de interés para diferentes edades.

De los 700 metros cuadrados de uso público, 200 se destinarán a un auditorio para uso de los paradistas y que organizará aulas de cocina y otras actividades ligadas a las del mercado y al fomento de los hábitos saludables.

También se ha decidido que el mercado entre a formar parte de la red de Mercats Verds del Ajuntament y se han planteado medidas para que el turismo masivo no ocupe excesivamente este nuevo mercado, como ya ocurre en otro centro de abastos tradicional y cercano como es La Boqueria.

La zona del foso que linda con la muralla romana, se generará un entorno para actividades culturales (exposiciones, espectáculos que convivan con el descanso vecinal, y actividades del mercado y de entidades).

El de Sant Antoni, que actualmente sigue en funcionamiento desde unas carpas provisionales ubicadas en la ronda de Sant Antoni, es uno de los mercados municipales más emblemáticos de la ciudad y el más grande de Barcelona, con 12.000 metros cuadrados de superfície.

Con la reforma en marcha, que estará finalizada en octubre de 2017, triplicará la superficie edificada de 12.100 a 30.000 metros cuadrados y duplicará la comercial, pasando de 5.214 a 10.000 metros cuadrados.

Actualmente, la actividad del mercado se concentra, desde que duran las obras, en una carpa temporal en Ronda de Sant Antoni.

Tanto el Ajuntament como los vecinos son conscientes de la necesidad de que este espacio se libere una vez que se reinaugure el nuevo recinto, y existe una "amplia mayoría", avanzó este miércoles Ballarín, que defiende que este espacio se libre de circulación y se recupere para los paseantes.

En este sentido, la regidora ha indicado que se llevará a cabo un "proceso participativo específico" que implicará a los dos barrios que rodean la vía, el Raval y Sant Antoni.

También, Ajuntament y vecinos coinciden en que la carpa de la calle Urgell, donde actualmente se celebra el mercado Dominical del Llibre de Sant Antoni, tendrá que desmontarse una vez se reinagure el mercado. Se está buscando un emplazamiento alternativo para este mercado en festivo.

El Mercat de Sant Antoni lo forman tres mercados diferentes: el Fresc, el de los Encants y el Dominical del Llibre. El proyecto de remodelación y modernización se otorgó en concurso público al Taller d'Arquitectes Ravetllat-Ribas  en diciembre de 2007.