En su segundo debate del estado de la autonomía, Touriño y Quintana aseguraron que no hay fracturas en el Gobierno y escenificaron su unión al reivindicar la reforma del Estatuto, el máximo desarrollo de la normativa actual para lograr el mayor autogobierno posible y el traspaso de competencias. El presidente aseguró que actualmente se negocian 70 competencias con Madrid.

Pero si ambos hicieron hincapié en alguna de estas competencias fue en la de tráfico, pese a que el Gobierno central ya rechazó esta idea la semana pasada.

Una negativa que, sin embargo, no ha cambiado la política de autogobierno de una Xunta que aprovechó la sesión de ayer en el Parlamento para hacer un repaso de sus dos años en San Caetano.  Touriño enumeró 82 proyectos (en marcha o ya anunciados) entre los que destacó la reforma (y eliminación para el 90% de las familias gallegas) del impuesto de sucesiones. Por su parte, Quintana anunció un complemento para los pensionistas más desfavorecidos y una ampliación del Risga.

Y desde la oposición, el popular Alberto Núñez Feijóo criticó el «deterioro institucional irreversible» de la Xunta del bipartito y la escasa capacidad que, a su juicio, tiene para lograr las competencias que exige. Recordó que lleva tres frente a 21 de Cataluña y 27 de Andalucía.

Promesas y propuestas

Con más tiempo disponible en sus intervenciones, Touriño se explayó en medidas futuribles: que si el canon hidroeléctrico (para gravar los daños de los embalses), que si una mejor y más barata red de transporte público, y así hasta 82 proyectos. Y tres pactos políticos para acabar la legislatura con tranquilidad: para obtener más autogobierno, para proteger el territorio y para lograr un consenso en torno a la lengua gallega. Para pedir estaba Feijóo: que no se esperen más de 45 días para una consulta médica.