Sólo dos opciones

Hay dos posibilidades: poder contar con una habitación en exclusiva o tener que integrar el lugar de trabajo en algún rincón del dormitorio o el salón. En el primer caso hay más libertad para seleccionar los colores de las paredes, materiales y demás elementos.

En el segundo caso habrá que adaptarse a la decoración imperante y procurar que sea un rincón discreto dentro del conjunto.  Además, habrá que compartir el lugar de trabajo con el resto de la familia, algo poco recomendable si se requiere mucha concentración. En cualquier caso, hay consejos a tener en cuenta.

Guerra a los cables.  Las nuevas tecnologías permiten tener dispositivos inalámbricos. Aprovéchelo. En caso contrario, estudie muy bien cómo ocultar esos poco estéticos cables. No hay cosa más horrible que una maraña llena de cables y enchufes varios.

La iluminación. Es esencial si vamos a pasar trabajando muchas horas. Lo ideal es tener una fuente lumínica general y otra más pequeña y dirigible, que no tiene por qué ser el típico flexo. No coloque la pantalla de la computadora de tal forma que reciba reflejos, ya sea de luz natural o artificial.

Tranquilidad. Si puede elegir la estancia a ocupar, escoja la más tranquila. Preferiblemente una alejada de ruidos exteriores y de las zonas de paso de la vivienda.

Colores. Los tonos claros y neutros son los más relajantes y apropiados. Los colores muy vivos o brillantes están del todo desaconsejados.

Objetos. Cuanto más sobria sea la decoración y menos elementos haya para distraerse, mucho mejor.

Un PC bonito

Al igual que hay muebles más estilosos que otros, también hay computadoras y adminículos tecnológicos (teléfonos, equipos de música...) con un diseño agradable. Sobre todo si va a estar en un lugar muy visible, plantéese adquirir una de estas máquinas más estilosas. Es sobre todo aconsejable que el monitor sea plano. Ahora son más asequibles y es una inversión que merece la pena, ya que duran muchos años.