El Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado este viernes en un pleno extraordinario una propuesta de CiU, C's y PP transaccionada con ERC para modificar la Ordenanza de Terrazas, medida que ha recibido el apoyo de estos cuatro grupos, el rechazo de la CUP y la abstención del Gobierno municipal de BComú y PSC.

La propuesta aprobada en el pleno -celebrado a petición de CiU, C's y PP y al que han asistido representantes del sector de la restauración- pide modificar la ordenanza para garantizar el equilibrio de usos del espacio público e introducir los cambios necesarios en las disposiciones de distancias, en los artículos 10 y 11, algo que pide que se haga incluyendo el consenso efectivo entre vecinos y restauradores directamente afectados.

Exige al Gobierno municipal que impulse en el plazo máximo de un mes cambios para solucionar los problemas que ha generado la aplicación de la ordenanza, modificando el Manual Operativo para adaptarlo a la normativa y la composición de la comisión técnica de terrazas para asegurar la presencia de técnicos designados por los grupos municipales.

También pide aprobar las ordenaciones singulares pendientes evitando que comporten "restricciones arbitrarias e injustificadas", revisar las que se hayan aprobado sin el consenso suficiente y llevar a la comisión de Ecología, Urbanismo y Movilidad un calendario sobre estas ordenaciones singulares.

La concejal de Ciutat Vella, Gala Pin, ha dicho que el anterior Gobierno municipal de Xavier Trias no aplicó la ordenanza, estableció moratorias por cobardía, ordenó no realizar inspecciones de oficio y alcanzó con locales de la Boqueria acuerdos sólo verbales, y la alcaldesa, Ada Colau, ha zanjado el debate: "Finaliza aquí el pleno y buena fiesta mayor" de la Mercè.

El concejal de Arquitectura, Paisaje Urbano y Patrimonio, el socialista Daniel Mòdol, ha destacado que desde el Gobierno municipal trabajan en lo que ha dicho que es una ordenanza inaplicable, y ha espetado a los promotores de la sesión: "En lugar de plenos extraordinarios y hacer perder el tiempo, lo que hacemos es trabajar, algo que se nos da bastante mejor que a buena parta de ustedes".

El edil socialista lo ha dicho en el primer pleno en el que el PSC ha cambiado de asientos en el pleno tras su entada en el Gobierno municipal en junio, después de que se quejara el líder de ERC, Alfred Bosch, por sentarse entre Bcomú y el PSC, cuyo presidente municipal se sitúa ahora en un extremo de la misma fila, en la que BComú se ubica en el centro y ERC en la otra punta.

El concejal de CiU Raimon Blasi ha pedido mejorar la ordenanza -que fue aprobada en el anterior mandato de CiU en un proceso que ha dicho que no fue sencillo-, para "dar seguridad ante la incertidumbre y ante la aplicación arbitraria del Gobierno municipal" y para reconducir la situación de duda que considera que se ha generado los últimos meses.

La líder municipal de C's, Carina Mejías, ha dicho que la ordenanza ha perjudicado al sector y ha exigido una solución definitiva, mientras que el edil Koldo Blanco ha criticado que el Gobierno municipal ve las terrazas como una privatización del espacio público, cuando son un lugar de relación social y "mejoran y dignifican la vida pública".

El líder municipal del PP, Alberto Fernández, ha resaltado que el asunto de las terrazas es un "debate de la marmota", porque se aborda desde hace más de un año, y ha criticado que no haya intervenido Colau ni ningún teniente de alcalde del Gobierno municipal, en el que ve parálisis, arbitrariedad e inacción.

El portavoz de ERC, Jordi Coronas, ha criticado que en el anterior mandato no se llegara a aplicar la ordenanza y que el Gobierno de Colau asegurara que "lo quería cambiar todo, pero no cambia nada y culpa a los demás", por lo que ha pedido valentía, especialmente al Gobierno municipal, ante el que ha puesto en duda que BComú y PSC compartan la misma visión sobre las terrazas.

Maria José Lecha (CUP) ha rechazado la propuesta ha dicho tener un 'déjà-vu' por el debate y por lo que ha descrito como un tripartito de derechas que incita a la desobediencia para que se pongan mesas aunque incumplan la normativa, y ha aseverado: "Si alguien tuviera la misma desobediencia para hacer un referéndum que para defender los intereses mercantilistas, tal vez ya tendríamos una república catalana".