Los surcoreanos aguardan con esperanza, pero también cautela, los resultados de esta histórica cumbre que podría marcar un antes y un después en el camino hacia la paz y la unificación para dos países que, técnicamente, siguen en guerra desde hace medio siglo. Pero la desconfianza que su población siente hacia sus vecinos del norte, con sus constantes idas y venidas, atempera en parte el ambiente y ha provocado pequeñas manifestaciones de protesta en Seúl.
La nación coreana está dividida desde 1953 y la intención de ambos presidentes es que el encuentro suponga un primer paso en el camino para asentar definitivamente el entendimiento dentro la península. Por ejemplo, se espera algún tipo de ayuda económica del sur al norte, un nuevo compromiso de Pyongyang a favor de su desnuclearización y declaraciones favorables a zonas industriales en Corea del Norte similares a Kaesong, donde empresas surcoreanas emplean mano de obra norcoreana y donde se detendrá Roh a su regreso, en otro gesto simbólico.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios