Los hechos ocurrieron a principios de agosto cuando los agentes, que circulaban por la calle Garrofers de la urbanización Serradalt de la localidad notaron un fuerte olor a marihuana y se percataron de que provenía de un recinto que contaba con una valla y que estaba compuesto por dos casas y por almacenes anexos.

Los Mossos vieron que la casa tenía demasiados sistemas de climatización, por lo que identificaron a las personas del recinto y vieron que algunos contaban con antecedentes por delitos contra la salud pública.

Ante la situación, montaron un amplio dispositivo y este martes, tras conseguir una autorización, judicial, entraron en la finca y encontraron un amplio cultivo de plantas de marihuana -tanto en el exterior como en el interior de las casas y almacenes- que se encontraban en diferentes estados de crecimiento con el fin de poder recoger de forma continuada los ovillos de la droga.

El recinto, además, disponía de un sistema propio de vigilancia con cámaras y cuatro perros de raza peligrosa para proteger las instalaciones de los posibles intrusos.

Los Mossos intervinieron en total más de 4.900 plantas de marihuana y 4,28 kilos de ovillos de cannabis preparados para ser vendidos, así como 60.000 euros en billetes fruto, supuestamente, de la venta de la droga.

En la operación detuvieron a dos hermanos de 37 y 39 años, y a dos trabajadores de 35 y 40 años que estarían contratados por los hermanos para cuidar el cultivo.

Después de declarar en comisaría, los trabajadores han quedado en libertad con cargos y los hermanos, que tienen antecedentes, ingresarán en prisión por orden del juez.