Recomiendan invertir más en la etapa infantil para eliminar desigualdades educativas

  • El nuevo Observatorio Social de 'la Caixa' analiza el papel de la educación como vía de movilidad social en los últimos años.
  • Los expertos aseguran que en España, a pesar de la recesión, estudiar protege del desempleo. Recomiendan invertir en infantil.
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AYTO SANTANDER
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La educación sigue siendo la vía fundamental de movilidad social, con ella se incrementan las probabilidades de conseguir empleos de calidad y mayores niveles de bienestar, concluyen los expertos en el nuevo Observatorio Social de la Caixa, presentado este jueves.

"Incluso en la fase recesiva del ciclo económico, los títulos educativos amplían las perspectivas de mejorar la posición social, atenúan las de degradarla y protegen del desempleo", asegura en el informe Miquel Requena, catedrático de Sociología de la UNED

La "narrativa pesimista", dice Requena, de la sobrecualificación en España, con licenciados trabajando de camareros parecería indicar "que el principal motor de la movilidad social se ha atascado o, cuando menos, se ha que-dado sin el combustible que necesita para funcionar medianamente bien". Sin embargo, el sociólogo defiende que "la educación aumenta las probabilidades de ascender a posiciones sociales altas; merma las de descender en la escala social; y reduce el riesgo de caer en el desempleo".

En su informe, Requena reconoce que en España persiste "la desigualdad de oportunidades educativas vinculadas a la clase de la que se procede, pues un 63% de los hijos de profesionales o directivos lograron un título universitario frente a solo un 26% de los hijos de trabajadores".

Este experto considera, sin embargo, que la educación "permite con apreciable eficacia esquivar la movilidad a posiciones sociales inferiores a las de la familia de origen".

Un estudio de la estadística más actual permite al sociólogo argumentar además que el "el riesgo de paro es inversamente proporcional a la titulación alcanzada. A mayor nivel educativo, menor la probabilidad de caer en el desempleo; y, viceversa, a menor titulación, mayor propensión a quedar en paro".

Como conclusión, el informe asegura que "los datos disponibles desmienten la idea de que la educación ya no sirve como ascensor social. Lo cierto es que sí sirve, por mucho que las oportunidades de promoción social sigan ligadas a la posición de origen".

El nuevo observatorio social recoge también una entrevista con Jane Waldfogel, catedrática especialista en educación, que recomienda "intervenir más en la educación infantil para reducir las desigualdades".

Waldfogel, que acaba de publicar un libro analizando el fracaso escolar en en países de varios continentes, concluye que las diferencias de rendimiento escolar se observan ya desde la primera infancia. De hecho su estudio concluye que "entre el 60 y el 70% de la brecha de rendimiento escolar se observa nada más iniciarse la escolarización".

El objetivo del libro, dice su autora, es que "las escuelas asuman su responsabilidad" aunque para que realmente se tengan oportunidades de éxito "es preciso intervenir más en la educación infantil". A su juicio, hay programas que se están demostrando efectivos para combatir la desigualdad, "los programas para padres" y la "presescolarización universal".

Para Waldfogel es imprescindible "mejorar la calidad de los docentes, es decir, contratar y conservar a los mejores, ofrecer a los alumnos una atención más individualizada e incrementar las expectativas respecto a ciertos niños. Hay mucho por hacer".

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