En su intervención, el consejero ha abordado las consecuencias demográficas y económicas, la gestión de la edad en las previsiones de las empresas y las políticas públicas en este campo, en especial los cambios que experimenta el sistema de pensiones.

Y se ha referido a los "falsos estereotipos" que hay en la sociedad sobre los trabajadores de mayor edad y su relación con los más jóvenes, que a su juicio son "etiquetas que distorsionan y disfrazan la realidad".

"Ni la edad ni la perdida parcial de capacidades físicas no suponen una limitación a la hora de seguir activo a un trabajador, porque precisamente su bagaje profesional le permite sentirse más cómodo, más creativo y más seguro", ha señalado el consejero.

Sota ha dicho que el envejecimiento de la población no es una cuestión "meramente coyuntural" y por eso "es necesario cambiar la mentalidad" para abordar en profundidad un cambio de gestión en materia de seguridad y salud.

Entre las conclusiones, el consejero ha destacado que la edad de una persona "no predice la salud ni la capacidad para el desarrollo del trabajo" y que el proceso de envejecimiento, aunque conlleva la pérdida de algunas capacidades en el mundo laboral, hay que combatirlo con "la adaptación y reorganización de los puestos de trabajo", que es, en muchos casos, una herramienta válida para superar los problemas que vayan apareciendo.