"¿Qué intervención de urgencia ha realizado el Principado en ejercicio de suscompetencias inspectoras en esta materia?", quiere saber Zapico, quien también pregunta al Gobierno por el momento exacto y el medio por el que el Ejecutivo asturiano conoció el suceso.

"¿Cuál es el tipo deactuación que se activa en estos casos y cuanto tiempo transcurrió entre elconocimiento de los hechos y la puesta en marcha del dispositivo deintervención?", también plantea Zapico en una iniciativa encaminada a obtener respuesta por escrita del Ejecutivo regional.

Las manchas se divisaron el domingo y fueron varios los testigos presenciales que alertaron de la situación. En la playa de La Ñora los socorristas detectaron la mancha y recibieron una llamada del 112 Asturias que les informaba de la orden del Seprona de cerrar la playa. El cierre se produjo a las 13.00 horas. Distintas fuentes consultadas hablaban directamente de "aguas fecales", que asociaron a las fugas del emisario de Peñarrubia.

Ese mismo domingo, grupos de la oposición como Podemos mostraron su preocupación por lo ocurrido y pidieron explicaciones a la consejera de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente del Gobierno asturiano, Belén Fernández, desde cuyo departamento aclararon que la gestión del emisario era del Ayuntamiento de Gijón. También señalaron que se habían puesto en contacto con el consistorio para aclarar lo ocurrido y que no habían obtenido respuesta. En cualquier caso ofrecían su colaboración y mandaron a sus propios técnicos.

Al día siguiente, lunes día 5 de septiembre, tras la preocupación mostrada por diferentes sectores, la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón ofreció una rueda de prensa en la que explicó que la mancha frente a la costa era una mezcla de algas rojas, restos de medusas y espuma de mar, en base al análisis de muestras del laboratorio de la Empresa Municipal de Aguas. También dijo que la situación del emisario no había empeorado, y que se mantenía el mismo punto de fuga.

Al día siguiente, martes, habló de un nuevo informe elaborado por un laboratorio externo en el que se constataría que la mancha no tendrían aceites ni grasas ni hidrocarburos y se confirmaría que se trataba de algas rojas y restos gelatinosos.