La madre de Diana Quer, desaparecida el pasado 22 de agosto en el municipio coruñés de A Pobra do Caramiñal, ha admitido que su hija pasó por casa y se cambió de ropa la noche en la que desapareció. Así lo ha asegurado a Telemadrid su abogado, Pedro Víctor de Bernardo.

Esta versión se contradice con la que Diana López-Pinel había mantenido hasta ahora, al afirmar que su hija no había llegado al domicilio.

El letrado insiste en que López-Pinel no escuchó en ningún momento que Diana regresase y que lo que permite confirmar que lo hizo es la aparición en la vivienda de la ropa que vestía cuando salió de fiesta. "El pantalón rosa aparece después en el domicilio y lo que echa en falta es un pantalón vaquero largo, con lo cual podemos estar en disposición de confirmar que ella se cambia de ropa", apunta De Bernardo.

Este martes las autoridades trazaban una nueva línea de investigación en la que cobra fuerza que la joven se subió a un vehículo en torno a las cuatro de la madrugada. Al parecer, el movil de Diana se apagó completamente sobre esa hora. Su rastreo hace pensar a los agentes que la chica fue a pie, efectivamente, hasta su domicilio, donde llegó sana y salva. Luego habría vuelto a salir y, en esta ocasión, se movió por la zona en un coche.

De Bernardo también ha explicado que solicitarán al juzgado de manera inmediata la declaración voluntaria de la madre, con la intención de que se revoque la orden judicial por la que se le retiró la tutela de su hija menor, Valeria, y se otorgó cautelarmente a su progenitor.

El abogado de Diana López-Pinel ha asegurado a Efe que aún no han decidido si presentarán un recurso sobre esa orden, pero el letrado ha subrayado que el padre ya declaró en esta causa y ahora debe hacerlo la madre.

El titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Ribeira —que no es el que lleva el caso de la desaparición— decidió el pasado 29 de agosto retirar la custodia a la madre de la menor después de que ésta acudiese a urgencias de un centro médico debido a una crisis de ansiedad. Desde ahí se trasladó un informe al juzgado en el que se advertía que la joven se lesionaba a sí misma.

El siguiente paso fue una citación judicial para que Valeria se sometiese a un examen forense y a esa prueba la acompañó su padre, Juan Carlos, que prestó declaración en ese juzgado.